Elecciones en Estados Unidos

Trump, presidente por la gracia de Dios

Las propuestas de Kamala Harris, especialmente en torno al aborto, pueden hacer que muchos inmigrantes creyentes voten con los ojos cerrados a rival. Si eso ocurre, los demócratas tendrán un serio

Trump, presidente por la gracia de Dios
Trump, presidente por la gracia de DiosErnesto Villar

Carmen Caprito apenas levanta medio metro del suelo, pero alza los brazos como si fuera a alcanzar el mismo cielo. Si pudiera, tocaría las torres que a su espalda dan forma al skyline de Los Ángeles con un mensaje que pregrona (grita, más bien) a los cuatro vientos: “Voto a Trump pero no por ser él, sino porque es un cristiano, y yo voto por la palabra de Dios”.

Caprito es una emigrante filipina de segunda generación de 60 años (su madre, que también vive en Estados Unidos, tiene 89). Defiende con vehemencia su “misión” con un inglés de rompe y rasga en el que Dios y la Biblia están presentes en cada párrafo. Vive en Los Ángeles, California, el mismo estado en el que nació Kamala Harris. Y es la mejor prueba de que la candidata demócrata tiene un serio problema en estas elecciones.

Caprito camina atareada por South Bixel Street en busca del centro de votación instalado en su barrio, uno de tantos que hacen de frontera entre las dos américas, y una línea imaginaria por la que transitan a diario tantos inmigrantes por cuyo voto suspiran estos días los dos candidatos a la Casa Blanca. En realidad, los rascacielos que no consigue tapar Carmen con sus brazos en alto son un espejismo. Apenas media hora antes, justo en ese mismo lugar, un camión con el cartel de “verduras gratis” (en inglés y en español) ha reunido a más de media decena de personas con la esperanza de llenar el estómago y, en el mejor de los casos, la despensa.

La mayoría de ellos, por supuesto, son inmigrantes latinos, un granero de votos demócrata que, según algunas encuestas, empieza a tener agujeros. “¡Cómo podemos soportar lo que están haciendo los demócratas! Asesinatos, aborto, transgénero…”. “Yo voto por Trump no por ser Trump, sino porque él conoce la palabra de Dios y la Biblia. Y eso es lo más importante”, se lamenta Carmen Caprito.

Dos malos candidatos para los inmigrantes

“Tenemos que elegir entre dos candidatos peores. Pero hay uno peor que otro, como dice mi hija”. Margarita Luna es mexicana, lleva 22 años viviendo en la capital angelina y se confiesa muy desencantada con los políticos entre los que debe elegir este martes.

Acaba de salir de la catedral de Nuestra Señora de Los Ángeles, una enorme mole con capacidad para 3.000 fieles levantada en 2002 por el español Rafael Moneo en cuyo interior una veintena de litografías colgadas en la pared recuerdan las misiones que creó Fray Junípero Serra, el fraile franciscano español que expandió la fe católica por toda California. Santa Clara, San José, San Antonio, San Miguel, La Purísima, San Gabriel, San Diego. Imágenes inspiradoras de una época de evangelización que ya pasó.

“Soy una persona muy creyente que trata siempre de ayudar. Me siento bien haciéndolo. Sé que mi voto en estas elecciones no va a influir, pero no puedo dejar de pensar que ninguno de los dos partidos, ni el demócrata ni el republicano, nos defiende. Y me duele que no tengan en cuenta a Dios en lo que hacen”.

Margarita reconoce que no tiene respuesta para una contradicción que atenaza estos días a los millones de inmigrantes creyentes que viven en Estados Unidos. El candidato que se confiesa católico les insulta a diario. Y la aspirante que les corteja cuestiona todas sus creencias. Dos candidatos peores, como dice su hija.

La guerra en Gaza

Y por si no fuera suficiente, la guerra. “Biden al menos era más católico, más espiritual, pero lo que están haciendo ahora con la guerra de Oriente Medio… Lo hacen todo por dinero”, se lamenta la inmigrante mexicana a quien las imágenes diarias de Gaza y Líbano hacen tambalear su voluntad de votar a un candidato que haga el bien.

Sin lugar a dudas, la invasión de Gaza es otro de los agujeros en el bote de Kamala Harris, heredera de una política de la Casa Blanca que recibe críticas tanto de su ala más proárabe como la proisraelí.

Una contradicción que conoce bien Seth Wulkan, un ingeniero urbanístico judío nacido en EEUU y consciente de que el tradicional apoyo demócrata a los judíos ya no es tan monolítico. “Los votantes más mayores han apoyado siempre a Israel, pero ahora la cosa no está tan clara”, reconoce.

"Votaré por el menos demonio de todos"

“Hay demasiado demonio en el mundo. Y yo rezo por todos ellos”. Josie, filipina como Carmen Capruto, recién salida de la catedral, como Margarita, se niega a desvelar su voto, pero reconoce que tendrá en cuenta su fe católica a la hora de apoyar a uno o a otra.

“Votaré por el que sea menos demonio, pero ninguno de ellos cuenta con los inmigrantes”, se lamenta Josie, que tiene una lista enorme de agravios para la Administración Biden. “La economía está muy mal, la gasolina por las nubes, no hay seguridad, no pagan la jubilación… Me preocupa el futuro de mis hijos”, afirma.

Su único consuelo es lo bien que se conserva a sus 70 años. “¡Y sin una sola cirugía plástica! -ríe-. Tengo miedo de que si me opero San Pedro no me reconocerá cuando suba al cielo”.

Con operaciones o sin ellas, incluso esos políticos que votan contra la palabra de Jesús y contra los inmigrantes tendrán su oportunidad. Pero será en la otra vida, no el 5 de noviembre. “Dios perdona a todos, ¡incluso a Kamala y Biden!”, sentencia Carmen Caprito.

Unos minutos después, esta inmigrante filipina habrá depositado su voto por Donald Trump.