Guerra de Rusia
Ucrania lleva la guerra a 200 kilómetros de Moscú con un ataque "simbólico" con mucho mensaje
El ataque a una refinería de la región de Kaluga, a solo tres horas en coche de la capital rusa, pretende ser un golpe de efecto para advertir a los rusos
Si un moscovita quiere subirse este viernes a su coche, tomar la E101/M3 en dirección al sur y pasar algún que otro peaje, en menos de tres horas podrá encontrarse con la guerra, o al menos una pequeña muestra de ella, delante de sus narices.
Los ciudadanos de la capital rusa llevan dos años viviendo con suficiente distancia la "operación especial" que su presidente ha emprendido en Ucrania, y que según algunas fuentes se ha cobrado cerca de 500.000 muertos, pero lo que ocurre en la lejana ex republica soviética no deja de ser una guerra lejana. Sin embargo, esta madrugada las tropas de Zelenski se han anotado un tanto simbólico al llevar los efectos de la guerra más cerca de nunca del Kremlin.
Las tropas ucranianas han atacado con drones una refinería de la región de Kaluga, una pujante zona a unos 200 kilómetros al suroeste de Moscú, según ha confirmado el propio gobernador, Vladislav Shapsha.
El ataque ha provocado un pequeño fuego que según las autoridades rusas ha podido ser sofocado, aunque no están tan claros los daños que se han podido causar en las infraestructuras de la planta, según la versión ofrecida por Shapsha en Telegram y recogida por la agencia Efe.
No ha habido heridos, pero los operarios de la planta tuvieron que ser evacuados urgentemente, según informa el canal de Telegram, Astra.
Una fuente anónima de la inteligencia ucraniana recogida por Efe confirmó a la agencia pública de Kiev Ukrinform que el ataque con drones a la refinería de Kaluga fue obra de la inteligencia militar ucraniana (GUR).
Las autoridades de la región de Bashkiria denunciaron el jueves un ataque similar con drones contra la planta petroquímica de la corporación estatal Gazprom en la ciudad de Salavat.
Con drones de ala fija, Ucrania ha causado en los últimos meses cuantiosos daños en refinerías a lo largo de toda la Rusia europea en un intento de impedir que suministren combustible a las tropas que combaten en el país vecino.
Solo en los últimos meses Kiev atacó con mayor o menos éxito refinerías en Nizhni Nóvgorod -una de las más grandes de Rusia-, Rostov, Samara o Krasnodar.
El Ministerio de Defensa informó también sobre el derribo en las últimas horas de siete drones enemigos en la región de Moscú y las limítrofes con Ucrania de Bélgorod y Briansk.
El alcalde de Moscú, Serguéi Sobianin, confirmó el derribo de un dron por las baterías antiaéreas emplazadas en la localidad de Podolsk, a poco más de 20 kilómetros de la capital.
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