Control de refugiados

Los Veintisiete ultiman el pacto migratorio

Italia pide más tiempo para estudiar el texto tras el “sí” de Alemania al mecanismo de emergencia de la UE

Refugiados cruzan la frontera de Ucrania por Medyka, en el sureste de Polonia, huyendo de la guerra
Refugiados cruzan la frontera de Ucrania por Medyka, en el sureste de Polonia, huyendo de la guerraSergei GritsAgencia AP

Pocos temas hay tan sensibles y explosivos en la Unión Europea como la inmigración. Los Veintisiete han vuelto a ejemplificar la dificultad de llegar a un acuerdo este jueves. A primera hora de la mañana, el giro dado por Alemania insuflaba las esperanzas sobre la fumata blanca para la creación de un mecanismo de crisis que permita a los países de entrada más flexibilidad a la hora de gestionar las demandas de asilo, en caso de un pico de llegadas, tal y como está sucediendo ahora en la isla italiana de Lampedusa.

Una flexibilidad que incluye un mayor tiempo de internamiento en centros específicos, si así es necesario, y un trato diferencial cuando se considera que un país tercero está utilizando los flujos migratorios como una amenaza híbrida, al igual que sucedió con las llegadas masivas a España procedentes de Marruecos o a Lituania desde Bielorrusia.

El ministro de Interior, Fernando Grande Marlaska, incluso llegó a hablar a la entrada a la reunión de los ministros de Interior de los Veintisiete de una “mayoría incontestable” a favor de un texto de compromiso negociado por la presidencia española. “Asumiremos nuestras responsabilidades y aceptamos el compromiso brillantemente negociado por España”, había anunciado a bombo y platillo la ministra de Interior germana, Nancy Faeser.

Un giro copernicano que se ha producido justo después de que Alemania reforzara sus controles fronterizos en sus fronteras con Polonia y la República Checa ante las llegadas masivas de inmigrantes. Pero pocas horas después las reticencias de Italia frustraron el acuerdo y la fumata blanca en ciernes se oscureció hasta el gris. Roma no ve con buenos ojos el párrafo en el que Alemania introduce ciertas exigencias en el trato a los solicitantes de asilo y a las organizaciones no gubernamentales durante estos periodos de excepcionalidad. Por eso, la delegación italiana pedía seguir estudiando la propuesta y que los embajadores europeos siguieran puliendo el texto.

Hungría también ha criticado la fórmula de compromiso negociada por España. El viceministro de Interior del país, Bence Retvàri, ha asegurado que esta nueva normativa es un “imán” para los migrantes ya que propicia nuevas llegadas. Para sacar adelante esta nueva legislación, se necesita mayoría cualificada, por lo que podría salir adelante con el veto de Hungría y Polonia.

Curiosamente, la reunión de los ministros europeos ha coincidido este jueves con la visita a Berlín del ministro de Exteriores italiano, Antonio Tajani. Desde la capital alemana, Tajani ha pedido más tiempo, si bien ha adoptado un tono conciliador. Según el ministro de Exteriores Italia no ha dicho “no” a la propuesta sino que quiere estudiar más a fondo el nuevo texto. “Tomarse el tiempo no significa que pensemos que no se debe salvar a las personas en el mar. Salvamos personas todos los días. Estamos en contra de las organizaciones que manejan la trata de personas, en contra de las organizaciones que manejan la trata de personas que, como dije, son las mismas que trafican con armas y drogas”. Al termino de la reunión, Marlaska ha resaltado la “amplísima mayoría” que ha apoyado el nuevo texto y se ha mostrado confiado en que haya acuerdo en los “próximos días” ya que las diferencias existentes entre las capitales son tan sólo “cuestiones de matiz”.

La semana pasada el Parlamento Europeo dio un golpe en la mesa al negarse a seguir negociando el resto del paquete migratorio hasta que tuviera lugar un acuerdo por parte de las capitales europeas.

Los Veintisiete llegaron en el mes de junio a un acuerdo histórico para la reforma de las normas de asilo europeas a través de un sistema de solidaridad a la carta que ahora deber ser negociado con la Eurocámara para que pueda convertirse en realidad. El objetivo reside cerrar un acuerdo definitivo ante los comicios europeos del mes de junio. Uno de los grandes peligros es que un nuevo fracaso a la hora de llevar a cabo esta reforma aliente a los partidos euroescéptico antes de las elecciones al Parlamento Europeo. España quiere que la luz verde pueda llegar durante su presidencia que termina en diciembre de este año.

Este pacto alcanzado entre las capitales fija la reubicación de 30.000 refugiados al año, para aliviar la presión de los países que reciban más solicitudes, pero deja la puerta abierta a cierta flexibilidad. Esto significa que aquellos países que no quieran reubicar a los refugiados deberán pagar 20.000 euros por cada persona que solicite el asilo. De esta forma, la UE pretende superar la dinámica de los últimos años tras la oleada de refugiados sirios del año 2015. Entonces la UE llegó a un acuerdo para un mecanismo de reparto obligatorio según cuotas que fue boicoteado sin descanso por los países del Este. Todo este paquete corre peligro de no ser aprobado, si no se llega a un acuerdo sobre este mecanismo de emergencia e incluso fuentes diplomáticas alertan de que si la fumata blanca se retrasa hasta la próxima reunión de ministros de Interior en Luxemburgo el 19 y 20 de octubre puede que no de tiempo a que den sus frutos las negociaciones con el Parlamento.

Según un informe divulgado a principios de septiembre por parte de la Agencia de Asilo de la Unión Europea (AAUE), las demandas de refugio subieron en los primeros seis meses del año un 28% en los primeros seis meses del año respecto al mismo periodo de 2022. Unos niveles que no se veían desde la crisis de refugiados de los años 2015 y 16, debido al estallido de la guerra en Siria.

Alemania es el país receptor de más solicitudes con el 30%, seguido por España (17%) y Francia (16%). Según estos datos, sirios, afganos, venezolanos, turcos y colombianos suman el 44% del total. Los sirios suponen el grupo más numeroso con el 13% y el 62% de estas solicitudes son tramitadas en Alemania. Según la agencia -que también recopila los datos de Suiza y Noruega- si se mantiene el ritmo actual, las solicitudes pueden superar el millón a finales de este año.