Guerra en Afganistán

Los talibanes acorralan al Gobierno afgano

Los terroristas ignoran la oferta de alto el fuego y atacan el protegido barrio diplomático de la capital durante el discurso del presidente Ghani por la Fiesta del Sacrificio

Varios policías afganos aseguran la zona tras el ataque de milicianos armados a un área próxima al Palacio Presidencial / Efe
Varios policías afganos aseguran la zona tras el ataque de milicianos armados a un área próxima al Palacio Presidencial / Efelarazon

Los terroristas ignoran la oferta de alto el fuego y atacan el protegido barrio diplomático de la capital durante el discurso del presidente Ghani por la Fiesta del Sacrificio.

La propuesta del Gobierno afgano a los talibanes para un alto el fuego de tres meses ha sido una mera quimera. Los insurgentes respondieron a la oferta de tres meses de tregua con la toma de centenares de rehenes civiles y se atrevieron a disparar varios cohetes al palacio presidencial durante el discurso a la nación por la fiesta musulmana del Eid Al Adha del presidente Ashraf Ghani. Como cada año, el mandatario afgano se dirigió al país con motivo de la Fiesta del Sacrificio, que los musulmanes celebran sacrificando un cordero o una vaca. Minutos después de comenzar el sermón se escucharon varias explosiones junto al Palacio. El primer cohete cayó en las inmediaciones de la sede de la Presidencia afgana y el segundo cerca de un complejo de la OTAN y de la Embajada de Estados Unidos en el centro de Kabul, pero nadie resultó herido. Sin cambiar de tono, tras una breve pausa, el presidente afgano sentenció: «Si están pensando que el ataque con proyectiles mantendrá a los afganos oprimidos, se equivocan».

El grupo terrorista había tomado el control de un barrio de Reka Khana (la ciudad vieja) y empezó a lanzar cohetes hacia Kabul. Según el portavoz del Ministerio del Interior, Najib Danish, «al menos dos personas resultaron heridas». Las Fuerzas de Seguridad combatieron a los insurgentes que se habían atrincherado detrás de la mezquita de Eid Gah, situada cerca del palacio donde Ghani se encontraba en aquel momento. Un helicóptero bombardeó la vivienda desde la que se habrían lanzado los artefactos. Después de horas de intensos combates entre insurgentes y tropas leales al Gobierno en Kabul, estos se saldaron con dos insurgentes muertos y seis soldados y civiles heridos, según indicó una fuente militar.

La zona en la que se registró el ataque es una de las más seguras de de la capital, donde se encuentran las sedes de las embajadas y edificios gubernamentales. Esto evidencia la debilidad del Gobierno y su seguridad. Las legaciones diplomáticas y ministerios están rodeadas por altos muros de hormigón, coronadas por alambre de espino. Muchas calles próximas a la Embajada de Estados Unidos están cerradas, así como otras cercanas a puestos gubernamentales y militares sensibles.

La Policía afgana detectó la presencia de un vehículo sospechoso a primera hora de la mañana y lo siguió hasta una casa de adobe cerca de la concurrida mezquita de Eid Gah, donde se habían congregado cientos de musulmanes para rezar, explicó el portavoz de la Policía de Kabul, Hashmat Stanekzia. Éstos salieron corriendo a buscar refugio y los automóviles tuvieron que tomar desvíos para dejar el barrio. Se escucharon explosiones y disparos cuando las Fuerzas de Seguridad acordonaron el perímetro, relataron los vecinos.

Sorprendentemente, los talibanes negaron estar detrás de las explosiones. «Los ataques de hoy [por ayer] en Kabul no tienen nada que ver con los combatientes del Emirato Islámico [como se autodenominan los talibanes]», indicó el principal portavoz de la organización insurgente, Zabihullah Mujahid, en la red social Twitter.

No obstante, los ataques llegan dos días después de que Ghani ofreciera un «alto el fuego» a los terroristas que comenzaba, precisamente ayer, coincidiendo con la celebración del Eid Al Adha. Y un día después de que el grupo insurgente retuviera a más de un centenar de pasajeros, incluidos mujeres y niños, que viajaban en autobús en la provincia de Kunduz. Posteriormente liberaron a casi todos, pero se llevaron a otros 21 pasajeros a una zona remota», aseguró el portavoz de la Policía de Kunduz, Inamullah Rahmani.

Los prisioneros liberados fueron trasladados a sus lugares de origen, y se está negociando con la mediación de ancianos tribales la liberación de una veintena de policías.

Los rehenes viajaban desde la capital afgana a las provincias nororientales de Takhar y Badakhshan para celebrar el lunes la festividad musulmana y por ello los talibanes habían habilitado un puesto de control en la zona para identificar a los miembros de las tropas afganas que estos días viajan a sus localidades natales para celebrar con sus familias el Eid Al Adha.

Este continuo castigo no es ni mucho menos nuevo. En las últimas semanas los talibanes han tenido en jaque a las fuerzas afganas en varios puntos, especialmente en la conflictiva localidad de Gazni.

Desde el 15 de agosto, el Ejército de Kabul ha sufrido enormes pérdidas entre sus filas. Entre otras derrotas de las Fuerzas afganas, destaca asimismo la base militar que han perdido en el norte del país. Allí residía un contintgente de cien soldados y fue tomada por los talibanes tras varios días de combates.