Guerra en Ucrania
Macron y Zelenski en París: el difícil rompecabezas de la paz
El presidente ucraniano ha abogado por "un fin justo" a la guerra con Rusia y anticipa nuevas reuniones con líderes europeos
"Mientras aquí hablamos de paz, Rusia sigue matando" dijo Emmanuel Macron en el Palacio del Elíseo, flanqueado por su homólogo, Volodimir Zelenski. Se trata de la décima vez que el presidente ucraniano aterriza en París para buscar apoyo contra Rusia. Y es que Francia, junto con Alemania y Reino Unido, es uno de los países que ofrece mayor apoyo a Kiev, a nivel político, económico y, sobre todo, militar.
Esta vez, la reunión se da con pinzas, ya que ambos mandatarios, Macron y Zelenski, discuten un proyecto alternativo al plan de paz impulsado por Estados Unidos, que los aliados europeos consideran absolutamente favorecedor a Rusia. Es decir, el desafío es lograr una paz estable y duradera con Moscú sin irritar a Donald Trump. El riesgo no es menor: Trump ya ha advertido que "a Zelenski tiene que gustarle el plan y si no le gusta, tendrá que seguir combatiendo".
El proyecto de 28 puntos plantea que Ucrania haga concesiones a Rusia que Europa considera inaceptables, como el reconocimiento de Crimea, Lugansk y Donetsk como territorios rusos. Rusia desea también añadir Zaporiyia y Jersón. También está planteado que Ucrania reduzca su ejército a la mitad – hoy de 600.000 soldados – y que deje por escrito su expresa renuncia a formar parte de la OTAN. La representante de relaciones exteriores de la Unión Europea, Kaja Kallas, lo resume sin tapujos: "No es un plan de paz, es una capitulación".
Macron insistió en que Rusia no ha dado ninguna señal de querer detener los combates y que, para hablar de garantías de seguridad, no se puede negociar sin que los ucranianos y los europeos estén en la mesa porque, después de todo, se trata de la seguridad de los territorios europeos. Zelenski, por su parte, pidió poner fin a la guerra de forma digna, pero también recordó que el origen de los combates está en Moscú: "Rusia debe poner fin a esta guerra que ha desencadenado. Es su guerra y es ella quien debe ponerle punto final".
Sin embargo, el mandatario ucraniano reconoce que el tema de la cesión territorial será el más difícil de negociar, puesto que Rusia ya ocupa una buena parte del Donbás y Ucrania no tiene la capacidad de hacerle retroceder. Macron lo dijo en palabras simples: "Hoy por hoy, no existe propiamente dicho un plan definitivo sobre la cuestión de los territorios".
Reunión multinacional
Este lunes, Francia ha servido también de puente para conectar a Ucrania con sus aliados europeos. Desde el palacio del Elíseo, la reunión entre Macron y Zelenski se amplió vía telefónica con otros líderes: el primer ministro británico, Keir Starmer; el presidente del Consejo Europeo, Antonio Costa; la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, el secretario general de la OTAN, Mark Rutte y el canciller alemán, Friedrich Merz, entre otros. Este último declaró que los europeos se opondrán a una 'paz dictada' a Ucrania: "Ninguna decisión sobre Ucrania y Europa sin los ucranianos y sin los europeos, ninguna paz dictada a espaldas de Ucrania, ningún debilitamiento o división de la Unión Europea y la OTAN".
El arribo de Zelenski a París ocurrió pocas horas después de producirse una reunión en Florida, entre los delegados ucranianos, el jefe de la diplomacia estadounidense, Marco Rubio, y el enviado especial de Donald Trump, Steve Witkoff, quien viaja este martes a Moscú para entrevistarse con Vladimir Putin. Es decir, las negociaciones continuarán desarrollándose con el gobierno ruso, aunque de momento, no se espera una concesión de Putin en ningún aspecto. Trump tampoco parece querer exigir un compromiso mayor a Rusia.
Por lo pronto, Emmanuel Macron solo ha prometido que habrá nuevas sanciones contra Moscú. Recordemos que ya son 19 los paquetes de sanciones económicas, financieras, comerciales, energéticas e individuales que la Unión Europea ha aplicado a Rusia.
Corrupción en Ucrania
En conferencia de prensa, el escándalo de corrupción que ha manchado a Ucrania en los últimos días no pasó debajo de la mesa. Recientemente, la oficina anticorrupción del país desarrolló una investigación sobre desvíos millonarios en la empresa estatal de energía nuclear Energoatom, descubriendo supuestos sobornos de al menos 100 millones de dólares ligados a contratos de suministro y reconstrucción. Entre los señalados, figura el ex jefe de gabinete de Zelenski, Andriy Yermak, cuyas residencias fueron allanadas por los investigadores.
A pocas horas del registro, Yermak presentó su renuncia, siendo uno de los colaboradores más influyentes del presidente y su principal negociador en las conversaciones de paz. En el Elíseo, Macron intentó suavizar el tema afirmando que Francia "no puede dar lecciones a Ucrania en materia de corrupción". Y ciertamente, tras ver al expresidente Sarkozy tras las rejas, es difícil criticar al vecino, aunque el caso de Yermak empañe mucho más el panorama ucraniano para adherirse a la Unión Europea.
En conclusión, los aliados europeos siguen armando el rompecabezas de una solución de paz para Ucrania que no implique ceder territorio ni comprometer su seguridad futura frente a Rusia. Sin embargo, el punto de equilibrio en las negociaciones sigue pareciendo bastante lejano.