Feminismo

Tecnofeminismo y maternidad

Tras cuatro años de sequía creativa, la cantante Grimes vuelve a la actualidad con disco, enamorada y embarazada. Y con un avatar digital que le va a hacer ser mejor madre (o eso dice)

La cantante canadiense Grimes
La cantante canadiense Grimeslarazon

Si no eres una experta en la música tecnológica, quizá el nombre de Grimes te suene más por ser la novia de Elon Musk, el empresario fundador de Tesla y Paypal. La nerd historia de amor de la pareja surgió cuando el multimillonario encontró en Twitter una foto de la canadiense luciendo un collar con la T de Tesla y haciendo bromas sobre inteligencia artificial. Un amor tecnológico que culminará dentro de pocos meses con el nacimiento de su primer hijo.

Para la cantante, además, este hecho coincidirá con la reciente publicación de Miss Anthropocene, un disco pop apocalíptico con letras sobre alienígenas y crisis climática. Sin embargo, lo que nos deja perplejos no es su música (ya ha recibido valoraciones muy positivas por su “música tecnológica”, algo que en España hizo OBK hace más de 20 años), sino su definición de la maternidad y su manera de afrontarla.

En plena época la de igualdad laboral, de sublimación de la mujer, Grimes define a su bebé no nato como una muñeca con colmillos para así recordarnos que siempre hay violencia en la inocencia. Y es más, ha creado un avatar digital que la sustituya en el trabajo para poder ser una “madre más presente”.

En una entrevista que ha concedido a la revista The Face, Grimes define lo que ella ha llamado tecnofeminismo: “Muchas de mis amigas no están teniendo bebés porque están preocupadas por sus carreras, así que queríamos encontrar una forma de superar ese problema”.

La solución se llama WarNymph (la Ninfa de la Guerra) y es una especie de versión digital con la que la cantante pretende conceder entrevistas, protagonizar sesiones de fotos e incluso dar conciertos sin estar físicamente presente en ninguno de esos lugares. Vamos, un teletrabajo versión glamourosa.

WarNymph es un alter ego con alas de ángel y ojos de demonio con el que la cantante pretende separar su vida privada de su trabajo y salir así del foco público de la atención. Cada vez que haya que posar para una marca, promocionar un single o contestar a un hater de Instagram, será la Ninfa de la Guerra la que lo haga. Según la canadiense, esta separación será positiva para vivir con calma los meses finales del embarazo sin sufrir la presión de los cambios de su cuerpo y así preservar su salud mental.

Instagram @grimes
Instagram @grimeslarazon

Quizá sea una manera extrema de intentar esquivar las manipulaciones de fotografías que tanto vemos en las redes sociales últimamente. La también cantante Billie Eilish ha declarado en múltiples ocasiones que viste con ropa amplia para que la gente no se pueda entretener criticando su cuerpo. Para Grimes, en los videojuegos la gente se relaciona y vive “vidas complejas y completas con cuerpos preferibles”.

La misma Grimes no descarta enviar periódicamente a su hijo a vivir al bosque a su hijo para hacer “un montón de trabajo físico a la intemperie” y así asegurarse que no sea un niño mimado. El niño disfrutará del binomio naturaleza – tecnología antes de que su madre muera, sí muera. Grimes, además de tener pensado las distintas fases beta por las que va a pasar su avatar (podéis comentar en su Instagram cómo tiene que ir evolucionando la Ninfa de la Guerra antes de que fallezca, palabras textuales de la cantante), también sueña con su muerte ideal: “con suerte, en el año 2069 aún me veré genial y moriré por ejecución. Mi muerte ideal es por pelotón de fusilamiento”.

El término tecnofeminismo no es nuevo, fue creado allá por el año 2006 por la profesora londinense Judy Wacjman y con él se refería a las diferentes maneras en las que el género puede alterar o modificar a las nuevas tecnologías, tanto en el diseño como en su utilización. No creo que Wacjman soñase jamás con ver esta palabra relacionada con muñecos virtuales porque ser madre es duro.

Para Grimes, WarNymph es la solución perfecta para tener hijos y promocionar un álbum, y sinceramente esperamos que Malú, también gestante de disco e hijo, no copie su ejemplo. ¿Cómo lo hemos hecho el resto de madres tirando de abuelos, permisos de maternidad y luchando por tener una plaza en una guardería? ¿Cómo lo hicieron nuestras abuelas cuando se tenían ocho o más retoños y encima muchas trabajaban fuera de casa? Es más… ¿cómo es que no se ha extinguido la humanidad todavía?.

Quizá en la próxima tecnotontería encontremos una respuesta.