
Nutrición
8 ideas de desayunos cargados de proteína para arrancar el día con energía
En un país donde el 15% de la población se salta el desayuno, los expertos insisten en el poder de la proteína matutina para adelgazar, ganar músculo y transformar por completo la jornada

La primera comida del día puede marcar el rumbo de toda la jornada. Los nutricionistas insisten cada vez más en la importancia de una ingesta proteica matutina que suponga en torno al 30 % del total diario recomendado. El objetivo es claro: estabilizar los niveles de azúcar en la sangre desde primera hora para garantizar un rendimiento físico y mental óptimo, además de contribuir al desarrollo de la masa muscular o a la pérdida de peso. De hecho, la optimización del rendimiento diario puede comenzar incluso la noche anterior, mediante la implementación de rutinas nocturnas que te harán más productivo al día siguiente.
De hecho, este hábito tiene un efecto directo sobre el apetito. Un desayuno rico en proteínas genera una mayor sensación de saciedad, lo que ayuda a evitar el picoteo de productos menos saludables a media mañana y a controlar mejor las porciones en las comidas posteriores. Esta estrategia nutricional se traduce en una notable mejora de la energía y del estado de ánimo a lo largo del día. Mantener esta estabilidad es clave para el bienestar general y para evitar problemas como las señales de alarma que indican que sufres inflamación crónica.
Sin embargo, parece que al otro lado del Atlántico esta recomendación no acaba de calar. Una encuesta realizada este año en Estados Unidos revela una tendencia preocupante: uno de cada seis estadounidenses omite por completo el desayuno. Se trata de una costumbre extendida, a menudo justificada por las prisas, que choca frontalmente con el criterio de los expertos.
Más allá de la tostada: cómo alcanzar el objetivo proteico
Para conseguir ese aporte proteico, los especialistas animan a romper el molde de lo que tradicionalmente se considera un desayuno. Alimentos como el pollo, el salmón o incluso las legumbres pueden ser opciones perfectamente válidas para empezar el día, abriendo un abanico de posibilidades que normalmente se reservan para el almuerzo o la cena.
Asimismo, existen múltiples fórmulas para potenciar los desayunos clásicos. Los huevos, que por sí solos aportan entre 6 y 7 gramos de proteína, pueden acompañarse con queso cottage, que suma otros 11 gramos por ración. Otras alternativas de gran calidad son el yogur griego, con unos 17 gramos, o cereales como la quinoa y la avena. También las fuentes vegetales, como el tofu salteado o las semillas de chía, ofrecen soluciones versátiles y eficaces.
En definitiva, el éxito para asegurar esta ingesta fundamental no depende tanto de la improvisación como de la planificación. Tener los ingredientes listos o, directamente, los desayunos preparados con antelación, es el método más eficaz para garantizar que el cuerpo reciba el combustible que necesita. Al final, la clave es la organización previa para combatir las excusas de la mañana.
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