Celibato
Melissa Febos, escritora y profesora universitaria, defiende el celibato: "Es necesidad y dependencia"
Un viaje personal hacia la celibato revela las trampas de la dependencia en el amor y cómo encontrar la plenitud redescubriendo el propio valor
Melissa Febos, conocida por su obra introspectiva que aborda temas complejos de la experiencia femenina y la vulnerabilidad, vuelve a explorar los recovecos de la vida personal con su última publicación. Este nuevo trabajo promete una mirada honesta a una faceta a menudo pasada por alto de nuestras vidas emocionales.
La autora propone reflexionar sobre la centralidad que el amor romántico ocupa en nuestra vida y cultura. ¿Es esta búsqueda constante una elección genuina o una respuesta a presiones externas? ¿Qué ocurre cuando uno se permite salir de esa dinámica?
Febos se enfrentó a estas preguntas de la manera más directa posible: comprometiéndose con un año de celibato voluntario. Lo que inicialmente pareció una pausa, se convirtió en un profundo ejercicio de autoanálisis y redescubrimiento, desafiando ideas preconcebidas sobre la conexión, la necesidad y la satisfacción personal.
Redefiniendo el vínculo más allá del deseo
La decisión de Melissa Febos de embarcarse en un año de celibato surgió como respuesta a un ciclo de relaciones que sentía destructivas. Para su sorpresa, al compartir esta elección no encontró burla, sino a muchas personas que sentían la necesidad de hacer lo mismo. Este periodo de introspección se narra en su nueva memoria, "The Dry Season".
A través de su vivencia, Febos critica lo que describe como una "fantasía de amor" culturalmente arraigada que confunde el afecto con la necesidad y la dependencia. Señala que la sociedad, a menudo influenciada por representaciones superficiales, idealiza la incertidumbre y la etapa inicial del enamoramiento, ignorando la posibilidad de construir un amor basado en la elección consciente y el apoyo mutuo a largo plazo.
Uno de los descubrimientos más impactantes para la autora fue la enorme cantidad de tiempo y energía mental que liberó al eliminar la búsqueda y el mantenimiento de relaciones románticas de su vida diaria. Febos confiesa haber subestimado la constante distracción que representaba pensar en citas, flirteos o posibles parejas, un espacio que ahora pudo dedicar a su trabajo creativo y a fortalecer otras relaciones.
El proceso le permitió aplicar principios aprendidos en su camino de sobriedad a sus patrones afectivos. Aunque no equipara el comportamiento romántico a una adicción, la honestidad radical consigo misma, y la rendición de cuentas personal, resultaron fundamentales para desmantelar hábitos y creencias profundamente arraigadas sobre su propio valor y la forma de relacionarse con los demás.
Finalmente, este año de celibato no la llevó a rechazar el amor, sino a replantearse por completo su significado. Febos ahora entiende una relación duradera no como la fusión de dos necesidades, sino como una decisión activa que se renueva momento a momento, enfocada en apoyar el florecimiento de la otra persona. Esta nueva perspectiva fue, para ella, la base necesaria para construir una conexión verdaderamente sana y sostenible.