La Reina Letizia ha comenzado el mes de julio retomando su agenda institucional con una triple cita en el Palacio de la Zarzuela. Para esta jornada de audiencias, en la que ha recibido a representantes de Proyecto Hombre, la Fundación Microfinanzas BBVA y la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), doña Letizia ha apostado por uno de esos looks que resumen a la perfección su filosofía de estilo: elegancia, sencillez y sostenibilidad.

Una vez más, la Reina Letizia demuestra que repetir look no solo es sensato, sino también elegante, sobre todo si se trata de una prenda nacional, sostenible y perfecta para las altas temperaturas de la capital. Un diseño que compró en las rebajas de verano del año pasado, y que estrenó un 25 de junio.

Un diseño español, versátil y favorecedor

El vestido elegido por la Reina Letizia no es una novedad en su vestidor, pero sí un acierto atemporal. Se trata de un modelo midi de Adolfo Domínguez, que estrenó el verano pasado y que adquirió durante las rebajas de la firma gallega. Un diseño que destaca por su tonalidad malva-grisácea, perfecta para un look formal de verano, y por su patrón de líneas depuradas que estiliza la silueta de forma sutil y eficaz.

Confeccionado en un tejido ligero y con caída, el vestido presenta cuello barco, manga larga rematada en puño y una cintura fruncida que crea un favorecedor efecto vientre plano. El bajo, ligeramente asimétrico, añade un toque de originalidad a una pieza que combina sofisticación y funcionalidad, y en su día estaba a la venta por 159 euros, en su versión rebajada.

Fiel a su estilo minimalista, Letizia ha acompañado el vestido con unos salones destalonados en tono nude, que suman discreción y alargan visualmente la figura, sin competir con el protagonismo de la prenda. Su melena suelta con ondas marcadas y su maquillaje natural completan un estilismo que equilibra lo institucional y lo relajado con gran acierto.