Cataluña

A Montero no le cuadran las cuentas de 2014: «Será extremadamente difícil»

La consejera de Hacienda, ayer, en comisión
La consejera de Hacienda, ayer, en comisiónlarazon

La consejera de Hacienda y Administración Pública, María Jesús Montero, ha asumido la obligación de cuadrar el Presupuesto del año. La directriz es, según el bipartito: no tocar las políticas sociales. En el horizonte, la exigencia de cumplir el objetivo de déficit fijado por el Gobierno central: el 1 por ciento del PIB. Con estos ingredientes, la nueva responsable de las cuentas públicas andaluzas auguró un ejercicio «extremadamente difícil» por el escenario macroeconómico y un mercado financiero de «fortísima restricción».

En su primera comparecencia en comisión en el Parlamento andaluz, la consejera admitió que habrá que hacer un «nuevo esfuerzo» en las cuentas de 2014, pero no «un esfuerzo más», sino que será «al límite del sostenimiento de las políticas públicas que la Junta está emprendiendo en todos sus sectores». De esta forma, explicó que los presupuestos serán «necesariamente austeros» aunque «equilibrados» para el «sostenimiento del gasto publico» y que permitirán «mejor asignación de los recursos, eludiendo cualquier desmantelamiento o privatización de servicios públicos».

«No se debe confundir la austeridad en la gestión con una restricción del gasto en servicios públicos esenciales, y nuestros presupuestos protegerán y blindarán la educación, sanidad y los servicios y políticas sociales, sustentados en una estructura administrativa liviana y flexible, con un coste administrativo menor», apuntó.

Como su antecesora en el cargo, la ex consejera de Salud lamentó que la ampliación de plazos en la UE «sólo ha servido para que el Gobierno amplíe su margen de déficit, de forma desequilibrada en relación con las comunidades autónomas, a las que se les exige que asuman la mayor parte del ajuste».

Insistió en que Andalucía «discrepa de este reparto, desequilibrado e insolidario», toda vez que «no respeta los niveles de gasto público, pues las comunidades son las que dan los servicios públicos fundamentales».

La consejera, que abogó por establecer un déficit asimétrico y diferenciado, consideró que «sería lógico que el criterio se corrigiera y fuera por población y no por el PIB», lo que alumbraría un sistema «más justo, que reconozca el peso poblacional».

Montero también se refirió a las tensiones secesionistas en Cataluña y advirtió de que de cara a la negociación del nuevo sistema de financiación autonómica que ha anunciado el Gobierno central, «se deben evitar pactos secretos en los que la financiación se use como moneda de cambio, no se pueda perjudicar a unas comunidades en favor de otras». Ésa será una de las reivindicaciones permanentes de Andalucía, que siempre se ha mirado en el espejo de Cataluña.