Andalucía

Díaz, entre la espada de Sánchez y la pared de la oposición

El resto de partidos ataca a una en el Parlamento por el frenazo a la reforma del modelo de financiación autonómica

La presidenta de la Junta, Susana Díaz, trasladó ayer a sus señorías en el Parlamento que con el Gobierno central del PSOE «se abre una ventana de oportunidad» y que confía en que éste tenga mayor «sensibilidad» con la región de la que tuvo Rajoy (Foto: Efe)
La presidenta de la Junta, Susana Díaz, trasladó ayer a sus señorías en el Parlamento que con el Gobierno central del PSOE «se abre una ventana de oportunidad» y que confía en que éste tenga mayor «sensibilidad» con la región de la que tuvo Rajoy (Foto: Efe)larazon

El resto de partidos ataca a una en el Parlamento por el frenazo a la reforma del modelo de financiación autonómica

Promover algo capaz de opacar el «bluf» de la no reforma del modelo de financiación autonómica era difícil. De hecho, la presidenta de la Junta, la socialista Susana Díaz, no lo hizo y se enfrentó ayer a una de las sesiones de control al Gobierno en el Parlamento andaluz más complicadas de la legislatura. Los partidos de la oposición sin excepción metieron el dedo en la llaga del «no» del presidente del Gobierno central Pedro Sánchez, justificado en la falta de tiempo para remodelar el sistema, después de haberse aprobado en la Cámara un plan de cambio consensuado con los grupos, a excepción de Ciudadanos (Cs), y respaldado por sindicatos y otros agentes sociales.

Arrancó el coordinador general de IULV-CA, Antonio Maíllo, quien arrojó a la presidenta su preocupación por que «un asunto tan importante como es la financiación que necesita Andalucía» se use «para que Roma no pague traidores». «No puede ser el precio a pagar por sus peleítas internas en el PSOE», advirtió. La aludida, rápida y mordaz siempre en sus réplicas le lanzó: «No le voy a hablar de peleítas internas porque para eso ya está demoliciones Maíllo al frente de IU –en alusión a la confluencia con Podemos–». Le pidió que no fuera «oportunista» y le garantizó que va a «seguir defendiendo lo mismo» que le «parecía bueno para Andalucía –4.000 millones de euros extra, de acuerdo al pacto multigrupal– y lo haría por «coherencia». Luego tomó la palabra el líder de Cs, Juan Marín, socio de legislatura pero quien no desaprovechó el cambio de escenario para atacar. Si lo habitual ha sido desde hace semanas que la presidenta del Ejecutivo regional reprochara al partido naranja el haberse quedado solo al margen de la pelea por la financiación que «necesita y merece Andalucía», ayer fue Marín el que subrayó la soledad de ella en la defensa de un modelo «que no fue capaz de consensuar con su propio partido». Expuso que debió haber hecho, a su juicio, «un pequeño acto de humildad y convocar» a su formación «para llegar a un acuerdo antes de plantear una propuesta a nivel nacional» y evitar lo sucedido ahora: que «se ha quedado huérfana del PSOE». Con todo, anotó que este partido posee «un problema serio y es que tiene» 19 modelos de financiación –uno por comunidad, más Ceuta y Melilla– y quiso saber si Díaz dirá que «Sánchez maltrata» a la región si no logra su propósito, después de haber dejado claro que «le tiemblan las piernas» al oír hablar de «acuerdos bilaterales». La socialista le criticó que planteara en la Cámara «un debate propio del Parlamento nacional». Le espetó que no comparte «el centralismo trasnochado» de Cs y le pidió que no hiciera de «mozo de espadas» de su jefe de filas, Albert Rivera, porque «no le pegaba». Le dejó claras sus prioridades: «Primero Andalucía, después el PSOE y después yo misma». Si tiene que elegir, la comunidad «siempre» será su opción, le dijo, para rematar con un: «Para eso hay que tener autonomía». La secretaria general de Podemos en la comunidad, Teresa Rodríguez, le brindó el apoyo de su formación para «dar la batalla frente a Madrid, frente a Montero –María Jesús, la actual ministra y antes consejera de Hacienda– si hace falta», si se trata de abogar por un recambio del sistema de financiación. Si bien, matizó: «Pero para escurrir el bulto, para hacer lo mismo que hace en la sanidad, no». A Rodríguez no se le escapó el «símil taurino» de la presidenta, quien llegó a aseverar que «no tendrá miedo ante el pitón», si el toro a lidiar es la protección de los intereses de la región.

El presidente del PP-A, Juanma Moreno, fue rotundo: «Pedro Sánchez se ha cargado el pilar que sostenía su legislatura», condensó. Y encadenó: «Le ha vuelto a segar la hierba bajo los pies, otra embestida así y se va a ver obligada a disolver el Parlamento», rompió un silencio rígido. Para el popular, cuando Díaz visite La Moncloa –durante el Pleno se apuntó que podría ser el 23 de julio–, no puede volver «sin el compromiso de que habrá un nuevo modelo de financiación autonómica y sin los 4.000 millones». Díaz se revolvió. «El PSOE-A no es franquicia de nadie y yo tampoco, usted sí lo fue de Rajoy», proyectó. Y tiró: «Acabará rematando a su partido y ya veremos si yendo a esas elecciones que tanto anhela».

La «señora Sánchez» llamó «cascarón de huevo»

*Juan Marín (Cs) se refirió a Susana Díaz como “señora Sánchez” en un momento de su intervención. La aludida de forma peculiar ironizó luego con que ella había estado a punto de llamarlo «señor Rivera», ya que con éste «desaparecido», él había salido «al rescate» de su jefe.

*Regusto amargo dejaron momentos del «cara a cara» Díaz/Moreno (PP), quien subrayó, parafraseando a la propia presidenta, que el cambio de una letra, de Montoro a Montero, la ha «transformado de león a corderito». Díaz lo tildó de «cascarón de huevo del PP» y llegó a decir que «nada» tenía enfrente.