Andalucía

Dragó dijo doce

“Promociona el escritor su libro-conversación con Abascal volviendo al lugar de la epifanía voxiana”

“Promociona el escritor su libro-conversación con Abascal volviendo al lugar de la epifanía voxiana”

Promociona Fernando Sánchez Dragó esta semana por Andalucía su libro-conversación con Santiago Abascal volviendo, por tanto, al lugar de la epifanía voxiana que sólo él pregonó en vísperas del 2D, y lo hizo con exactitud milimétrica. Sin necesidad de atender a esos trackings que escruta el «homo demoscopus» como observa el entomólogo el apareamiento del escarabajo pelotero, se plantó el tío en una radioemisora para predecir la docena de escaños derechistas que confirmó el recuento. Se tomaron sus contertulios el vaticinio a chacota, reprochándole que siguiera habitando esa España mágica de Gárgoris y Habidis que lo lanzó al estrellato, pero lo cierto es que había captado más bien el sentir de ese país que es real, realísimo, aunque no aflora en ninguna encuesta. Cuatro meses después, Vox influye discretamente en el Gobierno de la Junta y su líder confiesa que el exabrupto de querer laminar el sistema autonómico es «una propuesta maximalista casi imposible de llevar a cabo» formulada con la intención de que «PP y Ciudadanos se planteen de una vez recuperar competencias para el Estado». La educación en primer lugar, y también otras cuantas. Resulta interesante la existencia de un radicalismo desacomplejado que martillee las conciencias de los tibios, que necesitan ser sacudidas en asuntos tan perentorios como, entre otros, Canal Sur –no al cierre pero sí la racionalización–, la memoria histórica –no a la derogación pero tampoco a su imposición histérica– o la legislación sobre violencia de género –no a la banalización del problema pero menos a su vocación totalitaria–. Deberán los entrevistadores preguntar a Dragó por su augurio para las legislativas y puede ir asustándose el gauchismo biempensante cuando pronostique que Abascal encabezará un grupo de más de cincuenta diputados.