Córdoba

El perfil cofrade de los astronautas Armstrong, Aldrin y Collins

La Nasa y la cofradía de la Virgen de Luna establecieron una relación por carta hace 50 años

Armstrong, Aldrin y Collins en el Apolo XI / LA RAZÓN
Armstrong, Aldrin y Collins en el Apolo XI / LA RAZÓNlarazon

La Nasa y la cofradía de la Virgen de Luna establecieron una relación por carta hace 50 años

Armstrong, Aldrin y Collins son cofrades de honor de la Virgen de Luna de Pozoblanco (Córdoba). Hace 50 años, el secretario de la cofradía, Felipe Sánchez Urbano, quiso propagar la imagen de la Virgen de Luna por todos los rincones de mundo... y del espacio. Utilizando como pretexto el nombre de la cofradía, Sánchez Urbano decidió mandar a la Virgen al espacio. A pesar de múltiples voces discordantes, una carta proveniente de la NASA llegó a su puerta. A partir de ese momento, la cofradía y la estación espacial estadounidense compartieron multitud de misivas que iban consolidando la buena relación entre estas organizaciones tan diferentes.

Medio siglo después, Herminio Rodríguez conoció la existencia de cartas y fotografías oficiales firmadas por la agencia espacial estadounidense que hermanaban históricamente a las dos organizaciones. Aunque no es hermano de la cofradía, Herminio, maestro de primaria de profesión, está haciendo «todo lo posible» para que los documentos que hicieron que la Virgen de Luna fuera la patrona de los astronautas no queden en el olvido y «sean de dominio público».

Todo comenzó cuando Felipe Sánchez envió unas estampitas a través de la embajada de Estados Unidos en España con intención de que Armstrong, Aldrin y Collins las llevaran en esa primera misión tripulada a la Luna. Aunque se desconoce si realmente las estampitas de la imagen acompañaron a estos tres ingenieros, lo que es seguro es que estas llegaron a la sede y fueron bien recibidas por la NASA, tal y como lo certifica una carta donde agradece a la cofradía «sus esfuerzos en favor nuestro» y aseguran que respondían a la carta sintiéndose «verdaderamente honrados por su consideración», según publica un periódico fechado el día 10 de octubre de 1969.

Esta propuesta unió dos materias aparentemente incompatibles como son la ciencia y la religión, algo que Herminio pretende romper para que la sociedad «aprecie» documentos «de este calibre» y hacer posible su inclusión en un museo científico.

Después de llamar a muchas puertas, Herminio no pierde la esperanza y sigue buscando el espacio que merecen estos documentos para acercarlos a la ciudadanía. Entre los proyectos que tendrán en cuenta esta curiosa «hazaña» se encuentra «La noche de los investigadores» de Madrid, financiada por la Unión Euopea. El Museo Nacional de Ciencia y Tecnología también le hará un hueco en sus salas, algo que aún está por fechar.

A pesar de cumplir los 50 años de la llegada a la Luna, esta gesta para Herminio no está recibiendo «todo el apoyo que se merece, al igual que la vuelta al mundo de Magallanes y Elcano». Reivindica que la llegada la Luna «es otro acontecimiento histórico» en el cual España estuvo también implicada. Desde el Gobierno la respuesta fue «de indiferencia», algo que achaca al carácter religioso de la propuesta. Herminio también envió una carta al Vaticano con el fin de que se reconociera esta iniciativa que tiene «carga científica pero también religiosa».

Él está empeñado en reivindicar la relevancia de España en la gesta. Cuenta que el pueblo madrileño de Fresnedillas de la Oliva ostentó una de las tres antenas que hizo posible la misión del Apolo 11. Por ello, seguirá peleando para proyectar estos documentos a nivel nacional y que esta historia se reconozca «como se merece, de manera oficial».