Extremadura

Espigando el ideario de Vox

Aquí no se está dilucidando el sesgo ideológico del calendario laboral, sino la continuidad o la quiebra de un régimen cleptómano

Aquí no se está dilucidando el sesgo ideológico del calendario laboral, sino la continuidad o la quiebra de un régimen cleptómano

Arracimadas junto a muchas peticiones más que sensatas, Vox ha incluido en su célebre documento algunas morcillas extravagantes como la pretensión de trasladar la fiesta regional del 28 de febrero al 2 de enero, para conmemorar el día de 1492 en el que culminó el proceso que la historiografía ha dado en llamar Reconquista. Como la formación derechista ha incorporado el término a su acervo propagandístico, habrá que almacenar este punto en el inventario de las boutades más o menos meditadas, aunque también podría debatirse con calma, en tiempos menos urgentes, qué deberíamos celebrar los andaluces con más alegría: la incorporación de la totalidad de nuestro territorio a los reinos de España y, por ende, a la civilización occidental (valga el pleonasmo) o la aprobación en referéndum de un estatuto de autonomía que nos colocó a la altura de Galicia y apenas un escalón por encima de Extremadura. No hay color entre los Reyes Católicos y Blas Infante, en fin, pero aquí no se está dilucidando el sesgo ideológico del calendario laboral, sino la continuidad o la quiebra de un régimen cleptómano que ha desvalijado minuciosamente a tres generaciones. Dos partidos con un pacto ya firmado están dispuestos a desguazarlo y un tercero, con doce diputados imprescindibles, también. Y, además, pide: eliminar los aspectos discriminatorios de la legislación de género (bien); reducir de forma drástica el infame aparato de la RTVA (mejor); eliminar progresivamente las subvenciones a formaciones políticas, sindicales y patronal (perfecto); embridar la inmigración ilegal (venga); liberalizar las concesiones de radio y televisión (adelante); transferir al Estado, entre otras, las competencias en educación (olé); y unas cuantas gilipolleces adheridas (ni puto caso). Tan complicado no era, digo yo.