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La izquierda radical amenaza con echarse a la calle desde el primer día

Frente al «cambio tranquilo» que ofrece el Gobierno, Adelante ya anuncia una etapa de «gran confrontación»

El portavoz de Adelante Andalucía, Antonio Maíllo y el portavoz adjunto del partido, José Ignacio García, en los pasillos del Parlamento / Foto: Ke-Imagen
El portavoz de Adelante Andalucía, Antonio Maíllo y el portavoz adjunto del partido, José Ignacio García, en los pasillos del Parlamento / Foto: Ke-Imagenlarazon

Frente al «cambio tranquilo» que ofrece el Gobierno, Adelante ya anuncia una etapa de «gran confrontación»

La izquierda radical no da ni el beneficio de la duda al nuevo Gobierno de PP y Cs. No habrá tregua pese al anunciado «cambio tranquilo» del futuro presidente. El sello de Vox a la coalición es motivo para echarse a la calle desde el primer día, aunque el primer mensaje de Francisco Serrano, su líder andaluz, fue que «ya tendrán tiempo de conocernos» y «no somos los que dicen que somos».

La ronda de contactos de la presidenta de Parlamento, Marta Bosquet, concluyó con las reuniones con los partidos más alejados entre sí ideológicamente. Adelante Andalucía avanzó el inicio de una etapa «de gran confrontación» ante el modelo económico, social y cultural del «tripartito de derechas». Sin medidas que enjuiciar, la confluencia de Podemos e IU ya trabaja para lograr «alianzas sociales y movilizaciones» que sean el inicio de una alternativa para las próximas elecciones.

«Vamos a ser la fuerza de la oposición», dijo Antonio Maíllo, dando por hecho que al PSOE-A recorrerá durante unos meses convulsos de forma interna una travesía por el desierto a nivel político. El coordinador general de IU cree que representan a la única formación «coherente» frente a «las políticas neoliberales que se abrieron la puerta en la pasada legislatura», en la que gobernó el PSOE con apoyo de Ciudadanos.

Adelante hará un trabajo «intenso» para desarrollar una alternativa, para defender los servicios públicos «frente a la privatización que se avecina», y también para ser «un enlace de alianzas sociales y movilizaciones». A juicio de Maíllo con «el anunciado programa electoral de deterioro de los servicios públicos, de unas cuentas que no cuadran y de contradicciones sociales» van a tener una «gran confrontación» porque todo eso se opone a sus «postulados».

Como si un profeta fuese, Maíllo presagió que aunque no se incluya en los pactos la derogación de leyes como la de violencia de género o la de LGTBI, el gobierno «de derechas» las va inhabilitar «con la fórmula de la inanición», anulando su desarrollo presupuestario. «Han dicho que no las derogan, pero eso no significa que las desarrollen».

Teresa Rodríguez, coordinadora de Podemos Andalucía, en la misma línea, apeló a que «en una democracia sana la sociedad civil tiene un papel, y esta legislatura va a tener un protagonismo fundamental para no dar ni un paso atrás». La líder izquierdista se refirió a las propuesta de Vox como «locuritas» que van a condicionar el Gobierno e insistió en que la movilización será clave para conseguir que el partido de Santiago Abascal «no gane más terreno convenciendo a más gente».

Rodríguez se ha convertido en altavoz del movimiento feminista, que ha convocado una concentración en el Parlamento el próximo 15 de enero en defensa de la igualdad y «para decirles al tripartito de derechas que no vamos a dar ni un paso atrás en la lucha contra las violencias machistas». Estas convocatorias se repetirán en las capitales de las ocho provincias andaluzas y en otros municipios más.

Por otro lado, la Coordinadora Andaluza de ONGD (Caongd) criticó que el acuerdo entre PP y Vox apuesta «por la eliminación de la política regional de cooperación internacional», algo que «ignora la legislación estatal y es contrario al Estatuto de Autonomía de Andalucía».

Así lo indicó la Caongd en un comunicado en el que alude al punto 37 del referido acuerdo de PP y Vox, que señala como objetivo del nuevo Gobierno andaluz «trabajar para que, en el marco de las ayudas a la cooperación internacional al desarrollo, se den pasos decididos hacia una gestión nacional de estos recursos».

El nuevo Gobierno tendrá que mostrar en poco tiempo que los planteamientos apocalípticos no son ciertos.