Aventura

Saludable “mujer tenía que ser”

La Razón
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Viajaban ya los atletas hacia los Juegos Olímpicos brasileños, hace dos años, cuando otro de los países cuya emersión se antojaba imparable, Turquía, sufrió un suceso regresivo que reconvertía el país en un sultanato, esta vez gobernado por Recep Tayyip Erdogan, encarnación rigorista de la Sublime Puerta ataviada con corbata. La autocracia con maquillaje democrático es el régimen de moda y el que más favorece a la industria del turismo, a la que provee de destinos seguros como sólo una dictadura es capaz mientras mantiene al viajero a salvo de reproches de la conciencia. ¡No hay más que escuchar los ditirambos que el rendido periodismo le ha prodigado en el último mes a San Vladimiro Putin, patrón y protector de la FIFA! Hace un tiempo, sin embargo, penetrar en la península de Anatolia deparaba experiencias quizá peligrosas, vale, pero sin duda fascinantes. Uno de mis hermanos abordó un globo aerostático en la Capadocia para disfrutar de sus increíbles amaneceres, y se topó con que la excursión tenía el aliciente añadido de una orquesta que amenizaba el despegue, al que asistían las autoridades locales. Fue informado el pasaje de que participarían en el primer vuelo pilotado por una mujer en la historia del país, reflejo de la Turquía que anhelaba su ingreso en la Unión Europea. A apenas cincuenta metros del suelo, cesó la música y acabó la diversión: un fallo técnico dejó a la aeronave a merced del viento, los expedicionarios fueron conminados a tumbarse en el suelo para minimizar las consecuencias del impacto y el pánico se apoderó de todos, comandante incluida, hasta que Eolo tuvo a bien posarlos suavemente en tierra tras un eterno cuarto de hora de oraciones a una decena de divinidades. Hubo bromas machistas, claro, que hoy no cabe hacer ante la crecida del integrismo.