Tirarse al metro o a la taquillera

A Gloria Fuertes, la gran poeta, no le gustaba que la llamaran poetisa. Con su buen humor, escribió que, en una circunstancia aciaga de su vida, tomó la decisión de tirarse al metro. En el último minuto decidió que era mucho más prudente tirarse a la taquillera. Esta duda es la misma que me producen los muchos artículos con firmas de gran relevancia que he leído dedicados a los últimos Goya. Ayer dejaba clara mi opinión sobre la citada gala. Pero que ésta me parezca de lo más desacertado en cuanto a su desarrollo no implica que los premiados y la importante labor de la Academia estén descalificados. Algunos dan por hecho que el cine español no interesa a nadie. Repito lo de ayer, es muy probable que a quien no interese es a los que mantienen siempre esa afirmación. A otros les parece raro que no saliera para nada el tema catalán. Algunos de los que se extrañan de este olvido son los mismos que mantienen que unos premio cinematográficos no son la plataforma adecuada para meterse en política. Me pareció hermoso, al tiempo que aleccionador, que el reconocimiento a las películas triunfadoras. La íntegramente vasca «Handia», que al recibir 11 Goyas convirtió el escenario en un desfile de premiados que hablaron en vasco y español con absoluta normalidad, la misma con la que el público recibió lo distintos parlamentos. Isabel Coixet, la gran ganadora, hace un cine más internacional, todo lo contrario que a los independentistas les gustaría. Ella, además, en Cataluña y en su momento ya dejó clara su postura sobre el «jartible» tema, que como es sabido levantó gran indignación entre los de la «república catalana». Creo que es buena la crítica siempre, si además es con fundamento, pero no caigamos en una especie de causa general contra el cine español. Lo dicho, elegir entre el metro o la taquillera. Les aconsejo que se tiren a la taquillas para comprar entradas y gozar del buen cine, incluyendo el español.