Sevilla

Un «asalto» que quedó en un susto

Seguidores de la «tataranieta de Montesquieu»

La Razón
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SEVILLA- La trascendencia mediática y política de los casos que instruye Mercedes Alaya la mantienen en el punto de mira de la opinión pública desde hace tres años. La enorme presión a la que constantemente está siendo sometida provocó una prolongada baja laboral, que la mantuvo apartada de cualquier actividad judicial seis meses. Un paréntesis aprovechado por los imputados –y la propia Junta y el PSOE– para incrementar los ataques contra su supuesta falta de independencia. En el otro lado de esta exposición constante a que se ha visto abocada, se encuentra una cohorte de seguidores que se han dejado ver hasta con pancartas de apoyo

–calificándola incluso como la «tataranieta de Montesquieu»–. Ese fulgor popular fue el que llevó a un «fan» a asaltarla en el interior de un taxi en pleno centro de Sevilla. Su intención no era otra que felicitarla personalmente por su labor contra la corrupción y llevarse el preceptivo abrazo. Para ello no dudó en meterse en el mismo vehículo que Alaya se disponía a coger provocándole un gran sobresalto, al creerse víctima de un asalto. Fuentes cercanas a su entorno de trabajo confirman que recibe muestras de afecto «a diario» en las dependencias judiciales: cartas, poemas, libros o cajas de bombones. «Hay muchos enamorados de ella», apuntan con humor.