Parlamento Regional

Una consejería antañona

«La Consejería de Turismo y Deporte es el negociado juntero que mejor ha funcionado en los dos últimos decenios»

«La Consejería de Turismo y Deporte es el negociado juntero que mejor ha funcionado en los dos últimos decenios»

La educación y el deporte maridan mejor en la biografía de Javier Imbroda, que será investido consejero de la(s) cosa(s) esta misma semana, que en la política autonómica. La gran aportación del Partido Andalucista, quizá la única, en las legislaturas en las que ejerció de muleta del PSOE fue comprender que una de las patas más sólidas de la explosión del turismo que se anunciaba para el siglo XXI era su imbricación con la actividad deportiva, ya fuera a través de la celebración de grandes eventos, ya fuese como una oferta más para el esparcimiento del visitante. Pepe Núñez, un arquitecto listísimo que muñó la (macro) Consejería de Turismo y Deporte, con su oceánico presupuesto y sus dos empresas públicas para más ágil manejo del mismo, creó una estructura ejemplar, seguramente el negociado juntero que mejor ha funcionado en los dos últimos decenios, y no había ningún motivo para desligar las dos ramas e integrar el deporte, al franquista modo, en Educación. Tiene cierto tufo fascistizante ese culto a la juventud vigorosa. A Imbroda, decía, no le chirriará porque su excepcional carrera como entrenador de baloncesto comenzó en el Mayoral Maristas, un equipo de colegio de curas, pero eso fue mucho antes de que el golf, el esquí, las disciplinas náuticas y los centros de alto rendimiento computasen su éxito en Andalucía por el número de visitantes que allegaban y no por las medallas que ganasen los aborígenes. Organizar el Tour cada año, tres semanas de presencia permanente de los monumentos de Francia en las televisiones de medio mundo, es más beneficioso que ponerle el maillot amarillo a un «enfant du pays». Es posible que en su afán por demostrar que «El Cambio», ese grial, es genuino, el gobierno regional naciente cometa el error de aplicarlo a instituciones que no lo requieren.