Elecciones catalanas

Esquerra presiona a JxCat y pide un «candidato efectivo»

Los republicanos rechazan de plano una nueva convocatoria electoral y presionan a Puigdemont para decidir conjuntamente un nombre alternativo

El expresidente Carles Puigdemont junto a la diputada Elsa Artadi en la reunión que JxCat organizó el sábado en Berlín con todo el grupo parlamentario / Ap
El expresidente Carles Puigdemont junto a la diputada Elsa Artadi en la reunión que JxCat organizó el sábado en Berlín con todo el grupo parlamentario / Aplarazon

Los republicanos rechazan de plano una nueva convocatoria electoral y presionan a Puigdemont para decidir conjuntamente un nombre alternativo.

Esquerra ve inviable la estrategia de Junts per Catalunya de intentar investir por todos los medios a Carles Puigdemont para que ejerza como presidente de la Generalitat a distancia y reclama un candidato «efectivo» en los próximos días que evite la convocatoria automática de elecciones. Un movimiento de fuerza a menos de una semana para que expire el plazo fijado por el entorno del expresidente.

Sabedores de la más que probable suspensión de la reforma de Ley de Presidencia cuando el Gobierno presente el recurso ante el Tribunal Constitucional, los republicanos han decidido incrementar la presión para que JxCat abandone la carta de Puigdemont y se decante definitivamente por un nombre alternativo. Es más, desde ERC quieren influir directamente en la decisión final de sus socios independentistas –quienes siempre han llevado la batuta– y piden ahora una reunión a para «trazar de forma conjunta los próximos pasos y tener en cuenta todos los escenarios». «Hay que evitar unas elecciones y hacer efectivo el mandato recibido en las urnas el 21 de diciembre», resumió ayer la portavoz del partido republicano, Marta Vilalta.

De hecho, ERC recuperó ayer del discurso pragmático adquirido tras los resultados del 21-D y presionó a JxCat con formar Gobierno para que las instituciones catalanas «no sigan estando bajo las manos del PP, es decir, de Mariano Rajoy, de Soraya Sáenz de Santamaría y de Enric Millo».

Ahora, no obstante, con los plazos apunto de cumplirse y con las posibles dificultades que puede encontrarse el bando independentista en el momento de la investidura –el Tribunal Constitucional podría actuar ante los recursos presentados por Ciudadanos y PP contra la delegación del voto de Puigdemont y Toni Comín– los republicanos no quieren verse abocados a unas nuevas elecciones «que no son buenas para nadie» y que «no solucionarían nada», en palabras de Vilalta.

La ausencia de un líder claro de la formación tras el encarcelamiento de Oriol Junqueras y la huida de Marta Rovira, el desgaste público de estos meses y los constantes encontronazos con JxCat hacen temer por la posible pérdida de la mayoría absoluta cosechada por el independentismo si se repiten los comicios, un escenario que ERC rechaza de plano.

Precisamente, los vaivenes de las últimas semanas también han hecho mella en la CUP, que ayer recriminó la actitud de JxCat y Esquerra e incluso habló de «crisis del independentismo». «La CUP está dispuesta a asumir todas las responsabilidades institucionales en caso de obediencia al mandato del 1-O. Si hay una hoja de ruta autonomista, la CUP asumirá un rol de oposición constructiva», avisó ayer la diputada Natàlia Sànchez.