Elecciones catalanas

La CUP vuelve a alejar un acuerdo de investidura con ERC y JxCat

Los anticapitalistas confiesan que no han vuelto a mantener contactos ni los tienen previstos

Imagen de archivo de Carles riera y Maria Sirvent, diputados de la CUP en el Parlament
Imagen de archivo de Carles riera y Maria Sirvent, diputados de la CUP en el Parlamentlarazon

Los anticapitalistas confiesan que no han vuelto a mantener contactos ni los tienen previstos.

Una de las principales características que ha aportado el «procés» a la política catalana es la capacidad para generar montañas rusas emocionales. Uno de los momentos que mejor lo han retratado estos últimos días es el lapso de tiempo que hubo entre la decisión del juez del Tribunal Supremo, Pablo Llarena, de notificar el procesamiento por rebelión a varios políticos independentistas y la detención de Carles Puigdemont en Alemania. Transcurrieron cinco días entre uno y otro hecho, pero sacudieron por completo el estado de la política en Cataluña, en situación de parálisis y calma. Entre otras cosas, lo que acleró fue un debate de investidura, con el objetivo de investir a Jordi Turull y plantear un órdago al Estado, pero acabó en un estrepitoso fracaso tras la abstención de la CUP. En todo caso, ha permitido activar la cuenta atrás hacia nuevas elecciones y meter presión a todas las fuerzas para escoger un candidato efectivo.

Sin embargo, y a pesar de que parecía que tras la Semana Santa se producirían contactos y se apretaría el paso para salvar la legislatura, lo cierto es que los partidos independentistas dan señales de todo lo contrario. La CUP, que en el Pleno de Turull anunció que se iba a la oposición –lo que da a entender que ahora mismo votaría en contra de cualquier aspirante de JxCat o ERC–, volvió a enviar síntomas pesimistas ayer después de confesar que todavía no había mantenido ninguna reunión con los otros dos partidos independentistas ni están previstos, ni Esquerra ni la candidatura de Puigdemont los mantuvieron entre ellos.

En todo caso, los anticapitalistas mantuvieron la premisa de que para prestar sus votos debe existir un candidato que apueste por construir República. Algo que es muy difícil que se comprometan desde ERC ni JxCat, por los procesos judiciales que pesan sobre algunos de sus dirigentes. Y ayer, el nuevo hombre fuerte de los republicanos y flamante adjunto a la presidencia, Pere Aragonés, de evitar llevar las situaciones al límite e incurrir en nuevos desafíos, y la prioridad en esta legislatura es ampliar la base social. Para ello, en una entrevista en Rac1, aseguró que es necesario que haya un «president para un mandato y no solo para una tarde». En cualquier caso, lo que sí precisó es que, por el momento, no contemplan proponer ellos un candidato, aunque también es cierto, que si quieren evitar unas nuevas elecciones –tienen hasta el 22 de mayo– deberán explorar todas las posibilidades. Por ahora, ha trascendido una candidatura de Ernest Maragall, porque podría concitar los apoyos de «comunes» y JxCat.