Religion

Devoción marinera

El Marítimo se vuelca con las procesiones del Jueves Santo Dolor y penitencia en el Via Crucis y el Santo Entierro, los protagonistas del Viernes Santo y de la Semana Santa de Valencia

Un momento de la procesión del Jueves Santo en Valencia
Un momento de la procesión del Jueves Santo en Valencialarazon

El Marítimo se vuelca con las procesiones del Jueves Santo Dolor y penitencia en el Via Crucis y el Santo Entierro, los protagonistas del Viernes Santo y de la Semana Santa de Valencia

Los barrios del Grau, Cabanyal y Canyamelar de Valencia repiten como escenario de las más emotivas procesiones que se celebran estos días por toda la geografía española. La tradicional Semana Santa Marinera volvió a congregar a miles de personas, unas solo curiosas y atentas a los que procesionaban y las imágenes; otras, la mayoría, con la profunda fe que se reflejaba en sus rostros.

Los actos del Jueves Santo comenzaron con el habitual Acto de la Profecía a las ocho de la tarde, que se celebró, como siempre, en el interior de la iglesia Santa María del Mar y se recitaron unas oraciones delante del Santísimo.

Tras ello, se realizó el acto más importante del día, la visita a los Santos Monumentos. Todas las Hermandades de vestas (los clásicos nazarenos con capirote), presididas por los Hermanos Mayores de la Semana Santa Marinera visitaron las imágenes de las cuatro parroquias. Partiendo de la Plaza del Tribunal de las Aguas, recorrieron la avenida del Puerto, Cristo del Grao, Ernesto Anastasio, Francisco Cubells, Rosario, la avenida del Mediterráneo, Reina, Pintor Ferrandis, Escalante y Marina para acabar en la plaza de Nuestra Señora de los Ángeles. Esta travesía duró dos horas aproximadamente y no acompañaron cornetas a la procesión, sino que sólo se escuchó el sonido de los tambores.

Procesión del Silencio

Sobre las diez de la noche, la Hermandad del Santísimo Cristo de los Afligidos, con la imagen del Cristo portada a hombros, escenificó el Encuentro con la Virgen frente al número 92 de la calle José Benlliure, representando así uno de los pasajes bíblicos más emotivos.

A esa misma hora se trasladó desde el número 93 de la calle Vicente Brull, donde se dejó el Domingo de Ramos, el Santo Cáliz de la Cena de vuelta a la sede de la Parroquia de Cristo Redentor-San Rafael Arcángel.

Una hora más tarde, comenzó la primera Procesión del Silencio, que con una duración de hora y media, la Pontifica y Real Hermandad del Santísimo Cristo de la Concordia, con gran recogimiento y oración, portó la imagen del Cristo de la Concordia rodeada de los vestas que llevaron en su mano un báculo luminoso como «guía en el silencio de la noche».

A las 23:50 comenzó la Procesión de las Antorchas. La Corporación de Pretorianos y Penitentes que, vestidos de soldados romanos y con una túnica y caperuza morada y capa granate respectivamente, llevaron la imagen de Jesús Nazareno a la parroquia de Nuestra Señora del Rosario, donde dio comienzo la Hora Santa. El barrio del Canyamelar quedó impregnado del olor de la cera de las antorchas y el reflejo de las llamas se proyectó sobre la faz del Nazareno.

La última procesión del Jueves Santo fue la segunda Procesión del Silencio. Esta vez, la Real Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno portó, en su segunda caída, a hombros la imagen de Cristo, que estuvo envuelta por el aroma del incienso y el sonido del timbal. Cabe destacar la belleza del momento de la entrada y salida de la imagen al templo de Santa María del Mar.

El Viernes Santo es otro de los días grandes para los vecinos de los poblados marítimos que llevan esperando este momento un año.

Dolor y penitencia

El Viernes Santo, las imágenes de la Hermandad del Santísimo Cristo del Salvador y la del Santísimo Cristo del Salvador y del Amparo se encuentran en la calle Barraca número 141, produciendo un momento muy emotivo. Por separado, acuden más tarde a la orilla del mar para rendir un homenaje a los difuntos del mar. Se reza una oración a la vez que se deposita una corona de laurel en el agua en su memoria.

Por la mañana, todas las hermandades y sus cofrades realizan el Via Crucis, una procesión de unas tres horas, donde se revive el camino de Jesús al Calvario. El dolor y la penitencia están patentes en el ambiente.

Como colofón al Viernes Santo, tiene lugar el acto más importante de toda la Semana Santa Marinera: la Procesión General del Santo Entierro.

Las corporaciones lucen como nunca sus sentimientos. Todas las imágenes, cristos, banderas y cofrades realizan un itinerario que parte de la Iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles hasta finalizar en el templo de Nuestra Señora del Rosario, cruzando también las iglesias de Cristo Redentor-San Rafael y Santa María del Mar.

Tras cinco horas de procesión, esta finaliza con la llegada del Sepulcro y la bajada del Cristo Yacente, con una plaza a rebosar, que pone punto y final a una jornada marcada por la emoción y la floración de los sentimientos más personales.