El hospital La Ribera busca nuevo director y subdirector médicos

La persona que ganó el anterior concurso para la dirección renunció al cargo antes de ejercer

Desde que el año pasado se produjera la reversión al sistema público del Hospital la Ribera, en Alzira, el centro parece que no acaba de encontrar la estabilidad. Primero fue la directora económica del hospital, Carmen López, la que dejó el recinto al perder su condición concesional y posteriormente hizo lo propio el coordinador de atención primaria, Juan Carlos Julia.

Posteriormente, y tras publicar el concurso para la dirección médica del centro, la persona que logró la plaza renunció a la misma «por motivos personales» antes de llegar a ejercer el cargo. Por ello, la Conselleria de Sanidad, bajo la responsabilidad de Ana Barceló, se ha visto obligada a publicar un nuevo concurso para cubrir esta plaza, así como la subdirección médica del centro.

Este último puesto, tal y como explicaron desde la Conselleria, se había estado ocupando de forma provisional desde la reversión, por lo que es la primera vez que se convoca la plaza. El Diari Oficial de la Generalitat Valenciana (DOGV) publicaba ayer las condiciones para poder concurrir al proceso. Los interesados en participar en el mismo podrán presentar las correspondientes solicitudes durante veinte días hábiles a partir de este hoy.

Tras la valoración de los candidatos realizada a través de los currículum aportados, podrá procederse a la entrevista personal. Finalizada la selección, se elevará propuesta de nombramiento a la consellera de Sanidad Universal.

Colapso en Manises

La sección sindical de la Federación de Sanidad y Sectores Sociosanitarios de CCOO PV del Hospital de Manises denunció ayer el «colapso» de la Unidad de Cuidados sin Ingresos, que asume el cierre de la Unidad de Reanimación Postanestésica y que se agrava en verano por el cierre de camas. Según este sindicato, el «caos» que reina en el centro hospitalario durante la época estival es una situación endémica que se repite cada verano.

El cierre de camas, las aglomeraciones por la clausura de la Unidad de Reanimación Postanestésica (URPA) y las repercusiones que esto tiene en los trabajadores centraron las críticas del sindicato.

En la actualidad, según las mismas fuentes, la mitad de habitaciones ubicadas en la primera y tercera planta del hospital están cerradas, lo que equivale a que aproximadamente 80 camas están inutilizadas.

«Todo esto hace que las contrataciones hayan disminuido y también los quirófanos, con lo que se desencadena un efecto dominó bochornoso y difícilmente llevadero para los profesionales y pacientes».

El cierre de camas provoca, a su vez, otras situaciones «preocupantes», ya que las operaciones de traumatología derivadas de Urgencias sufren un colapso en verano que se agrava con el cierre de la URPA y aglomera todos los postoperatorios en la Unidad de Cuidados Sin Ingreso (UCSI).