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El incendio de Llutxent se da por estabilizado y los vecinos desalojados regresan a sus casas

El fuego se calmó durante la mañana tras casi tres días en llamas y más de 3.000 hectáreas calcinadas

Fotografía facilitada por la Unidad Militar de Emergencias (UME), vista aérea de la zona afectada por el incendio en Llutxent (EFE)
Fotografía facilitada por la Unidad Militar de Emergencias (UME), vista aérea de la zona afectada por el incendio en Llutxent (EFE)larazon

El fuego se calmó durante la mañana tras casi tres días en llamas y más de 3.000 hectáreas calcinadas

Tras casi 72 horas de infierno, el fuego que durante esta semana ha arrasado seis términos municipales de la provincia de Valencia -Gandia, Barx, Llutxent, Pinet, Quatretonda y Ador- se dio ayer al fin por controlado. Los vecinos que fueron evacuados de sus casas el pasado martes al empeorar el avance de las llamas, pudieron regresar a sus vivienda, desolados, con lágrimas en los ojos ante el paisaje arrasado por el fuego, pero felices de poder volver a sus hogares.

«Lo hemos pasado muy mal, estos días han sido fatales para nosotros», manifestó José Mahiques, un vecino de la pequeña localidad de Pinet, de donde todos los habitantes fueron desalojados. Entre lágrimas relató a Efe que el día de la evacuación se marcharon «como en las películas, todo el mundo iba corriendo y el pueblo se quedó desierto. No deseo a nadie lo que hemos pasado estos días».

También las personas desalojadas de las urbanizaciones de La Drova, en Barx (Valencia), y de la Ermita de Marxuquera, en Gandia, pudieron regresar a sus casas. Así lo comunicaron fuentes del Ayuntamiento de Gandia, que precisaron que los habitantes de las urbanizaciones gandienses de Montepino, Montesol y Las Cumbres todavía no van a poder acceder a las viviendas al ser la zona más afectada por el fuego.

La alcaldesa de Gandia, Diana Morant, tras reunirse con bomberos, la Delegación del Gobierno y Emergencias, explicó que en Montepino, Montesol y Las Cumbres se permitía la entrada en las casas de técnicos municipales, acompañados por bomberos, para evaluar los daños de cada vivienda.

Durante la mañana de ayer el Consorcio Provincial de Bomberos de Valencia daba por estabilizado el incendio, una fase intermedia entre el fuego activo y el controlado. Las llamas habían arrasado hasta ese momento más de 3.000 hectáreas de los municipios afectados.

El alcalde de Pinet (Valencia), Juan Ramón Chismol, aseguró que el incendio ha calcinado el 70 por ciento de su término municipal de Pinet, que no afectó a las viviendas del municipio.

Por su parte, el presidente de la Generalitat valenciana, Ximo Puig, anunció que el Consell y los ayuntamientos de la zona buscarán «soluciones habitacionales» para las familias afectadas por el fuego. Así lo aseguró Puig tras mantener una reunión en Alicante con el secretario general de los socialistas de la Región de Murcia, Diego Conesa. Explicó que la prioridad será reubicar a «aquellas familias que tienen su primera residencia afectada» por las llamas.

Tras ello, manifestó que se empezarán a planificar las actuaciones de carácter medioambiental y de apoyo a las poblaciones afectadas, algo que, según señaló, aún «tardará un tiempo», en concreto, hasta que se dé por extinguido el incendio.

Por otro lado, la Diputación de Valencia coordinará junto a la Generalitat las ayudas para cubrir los daños causados por el fuego, cuya prioridad será restablecer las infraestructuras y los servicios dañados, con especial atención a la situación de las personas que se han visto afectadas por el incendio. Desde la Corporación provincial señalaron que cerca de 350 brigadistas de la Diputación y 50 efectivos del Consorcio Provincial de Bomberos con 17 vehículos han participado en la extinción del incendio.

Religiosas acogen a un grupo de enfermos

Las religiosas Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús han acogido a más de ochenta personas con enfermedades mentales en sus dependencias de la localidad de Benirredrá tras haber sido desalojadas el pasado martes del centro sociosanitario Mondúber-Barx a causa del incendio de Llutxent. Según fuentes del arzobispado de Valencia, las religiosas, cuando se enteraron del desalojo de los enfermos y su reubicación en centros cívicos y polideportivos, decidieron abrirles las puertas de su Casa de la Espiritualidad.