Valencia

Marzà deniega una plaza en especial a una niña autista y obliga a sus padres a llevarla a un aula ordinaria

Los padres denuncian que la Conselleria deja sin asistencia especializada a la pequeña de tres años pese a los informes que recomiendan lo contrario

Kike Taberner. «Mi hija no sabe hablar, está totalmente hermética, no percibe a las personas, no se relaciona, no sabe pedir nada, no tiene percepción de hambre o sueño, tampoco apenas de dolor». Laura, la madre de Martina, explica que es imposible que la pequeña asista a una clase ordinaria.
Kike Taberner. «Mi hija no sabe hablar, está totalmente hermética, no percibe a las personas, no se relaciona, no sabe pedir nada, no tiene percepción de hambre o sueño, tampoco apenas de dolor». Laura, la madre de Martina, explica que es imposible que la pequeña asista a una clase ordinaria.larazon

Los padres denuncian que la Conselleria deja sin asistencia especializada a la pequeña de tres años pese a los informes que recomiendan lo contrario

Martina fue diagnosticada de autismo en grado moderado con 21 meses de edad. Ahora tiene tres años y sus padres quieren que el próximo curso comience el cole, como el resto de niños. El problema es que la Conselleria de Educación le ha denegado la plaza en un aula de Comunicación y Lenguaje (CyL) (creadas para facilitar la inclusión de niños con Trastornos del Espectro Autista-TEA) y le obliga a compartir clase ordinaria con otros 24 alumnos.

«Mi hija no sabe hablar, está totalmente hermética, no percibe a las personas, no se relaciona, no sabe pedir nada, no tiene percepción de hambre o sueño, tampoco apenas de dolor, no se comunica y no tiene control de esfínteres, por lo que usa pañal. No duerme, solo come un plato en concreto porque no prueba sabores nuevos, no tolera más alimentos, asocia a las personas a acciones y funciona por rutinas». Su madre, Laura Cuerda, explica la situación en la que encuentran y que han denunciado no solo a través de la plataforma change.org, sino también ante la Administración responsable de este «sinsentido».

Explica que solicitó a la Conselleria de Educación que dirige Vicent Marzà un dictamen de modalidad de escolarización y se resolvió que la recomendada para la pequeña era una de CyL. Se trata de aulas de comunicación y lenguaje dentro de colegios públicos, para un grupo reducido de ocho niños con el apoyo de tres profesionales dedicados exclusivamente a ellos.

Con este dictamen en la mano, los padres presentaron una solicitud de admisión en un colegio público de Valencia próximo al domicilio familiar, ya que ambos trabajan y dependen de los abuelos para recoger a la niña del colegio . Además tienen un bebé de menos de un año que también tiene problemas musculares y asiste a terapia, por lo que consideran «vital» que el colegio esté próximo al domicilio.

Hace unos días se publicaron las listas provisionales y a Martina le concedieron una plaza en aula ordinaria, «donde puede haber cerca de 25 niños y con profesores no preparados». Su madre critica que esta clase no cuenta con ninguna de las figuras de apoyo que necesita, aunque desde la Inspección de Educación le han dicho a la directora del centro que los profesionales que llevan el aula CyL intentarán darle apoyo a la niña. «Pero esto no va a ocurrir porque la directora me ha dicho que es imposible». Por si fuera poco, al concederle centro de educación, la Conselleria retirarían las sesiones de terapia que se le dan a la pequeña, ya que no son compatibles. «Ello dejaría a mi hija condenada a estar desatendida en un aula de 25 niños sin ningún tipo de atención».

Desde el Departamento de Marzà explican que las CyL «no van a demanda, sino a necesidad. Un alumno de tres años con prediagnóstico o diagnóstico abierto (tan pequeños no se pueden hacer diagnósticos cerrados) con TEA es susceptible de necesitar ocupar una plaza en un aula CyL. El autismo debe ser moderado o grave, porque si es leve, no necesita una de estas aulas, se puede tratar en una ordinaria». La Conselleria informó ayer de que está analizando la información de las matrículas y de que esta semana las direcciones territoriales harán la propuesta de apertura de nuevas CyL.

Cuando el orientador del Servicio Psicopedagógico Escolar de la zona detecta que en un centro ha llegado un niño con prediagnóstico, le hace un informe en forma de dictamen que envía a la Dirección Territorial, según explican desde la Conselleria. Desde allí, «con visión de conjunto de los recursos aconsejan a las familias que matriculen a sus hijos en centros con AyL (docente de Audición y Lenguaje». El arreglo escolar para el próximo curso prevé 355 aulas más en los colegios públicos. Las 78 CyL en colegios ordinarios son las mismas que existen en el curso presente a excepción de tres nuevas.