Rajoy dice «no» al nuevo modelo de financiación sin acuerdo del PP y PSOE

Pide a Puig que se siente a negociar en lugar de «organizar manifestaciones y esas cosas». El presidente anuncia una inversión de 2.000 millones para el Corredor Mediterráneo

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, no se moja en materia de financiación autonómica ni cuando tiene frente a sí a una audiencia que viene reclamando desde hace años un mejor trato presupuestario del Estado. Ayer visitó la Comunitat Valenciana, la autonomía que cuenta con la peor financiación efectiva por habitante según el último informe publicado por la Fundación de Estudios de Economía Aplicada, pero ni en esas circunstancias pronunció las palabras mágicas: «Habrá más dinero». No, el presidente del Ejecutivo central dijo alto y claro que «no se va a aprobar» el nuevo modelo de financiación autonómica si no hay un acuerdo con el PSOE. «El PP en solitario no puede sacarlo adelante». Por ello, instó al Partido Socialista a que siente al líder del PSPV-PSOE y presidente de la Generalitat, Ximo Puig, o a «quien quieran» del partido, a hablar para llegar a «un entendimiento y un acuerdo» sobre el nuevo modelo de financiación, en lugar de «organizar manifestaciones y esas cosas». De lo contrario, «no será posible» el nuevo modelo, ya que él no hará lo que los socialistas hicieron en 2009 y el PP no apoyará el nuevo sistema.

Lluvia de 2.000 millones

Una de cal y otra de arena en forma de millones para infraestructuras. Rajoy aprovechó su intervención en la clausura de la Interparlamentaria del PP que se celebró ayer en Alboraya para anunciar que el Boletín Oficial del Estado (BOE) publicará el lunes dos licitaciones relacionadas con el Corredor Mediterráneo, que superarán los 2.000 millones de euros y mejorarán las conexiones ferroviarias en la Comunitat Valenciana.

Explicó que se va a licitar la redacción del estudio informativo del nuevo Eje ferroviario pasante en la ciudad de Valencia y la redacción del estudio informativo del tramo de alta velocidad ferroviaria entre Valencia y Castellón.

Atenta a la lluvia de millones, seguía la intervención la presidente del PP valenciano, Isabel Bonig, quien minutos antes había sacado su mejor armamento dialéctico para arremeter contra la política del tripartito.

Para empezar, anunció que van a estudiar todos los instrumentos legales para lograr que «ninguna artimaña legal», en referencia al decreto ley del Consell sobre plurilingüismo, frene la libertad de los padres para elegir el tipo de educación y la lengua en la que quieren que estudien sus hijos.

Lamentó en este sentido que el Consell intente convertir a la Comunitat «en un banco de experimentos de la izquierda y el nacionalismo más sectario y más radical» y aplicar aquí el proyecto iniciado en Cataluña.

Las palabras de Bonig debieron convencer a Rajoy, pues tras ellas animó al PP a ganar las elecciones autonómicas y municipales de 2019 en la Comunitat Valenciana, y a hacerlo con una mayoría que evite que «la coalición de perdedores» vuelva a asumir unas responsabilidades que «no les dieron los ciudadanos».

El líder del PP instó además a los populares valencianos a que continúen «dando la batalla» en la Comunitat, donde se está «poniendo en riesgo la libertad» de los padres para elegir la educación de sus hijos, y a combatir a quienes intentan «expandir el secesionismo».