Tetuán

Azca, sólo 100.000 euros invertidos en un proyecto de tres millones

A su entrada en el Gobierno, Carmena se encontró con todo un plan de dinamización del complejo de Azca firmado durante la legislatura anterior; casi no se ha avanzado en él.

En los entresijos subterráneos del complejo de Azca se registran constantes conflictos entre las personas que acuden al lugar para hacer vida nocturna y de ocio; ante la falta de iluminación y seguridad, el emplazamiento atrae delincuencia y violencia
En los entresijos subterráneos del complejo de Azca se registran constantes conflictos entre las personas que acuden al lugar para hacer vida nocturna y de ocio; ante la falta de iluminación y seguridad, el emplazamiento atrae delincuencia y violencialarazon

A su entrada en el Gobierno, Carmena se encontró con todo un plan de dinamización del complejo de Azca firmado durante la legislatura anterior; casi no se ha avanzado en él.

Ser antisistema y estar dentro del sistema. Y no de cualquier manera, sino sentada en uno de los cómodos sillones del Gobierno municipal de la capital del país. Sin duda debe de ser una coyuntura, como poco, contradictoria y, seguro que en más de una ocasión, angustiosa. Pero ya no hay salida, al menos no hasta dentro de un año; sólo hay una forma de acallar este combate interno tan pasional: hacer otra política, a contracorriente, persiguiendo la causa, contra el propio orden de las cosas. Y ésta sería, según creen firmemente los comerciantes del complejo Azca, la única motivación de la concejala que vela por su bienestar, la edil Montserrat Galcerán: «Hay gente que no viene a gestionar, sino a destruir el sistema, porque creen en ello», afirma sin titubeos Manuel Rodríguez, presidente de la Asociación de Comerciantes de Azca. Ellos, los que confían en la potencialidad del complejo –porque, además, su propio futuro depende de que marche– lo tienen claro: el parón del proyecto de dinamización de este enclave tan privilegiado como desaprovechado es el recelo reconocido de la concejala del distrito de Tetuán hacia las financieras y las grandes marcas y multinacionales por su significación en la cultura del consumo y en el proceso de globalización. Pero, sea ésta o no la razón que se esconde tras el «abandono» que denuncian los comerciantes de Azca, los que sí son objetivos son los números: de los 3.200.000 euros que se preveía invertir en un lavado de cara completo para el complejo, el Gobierno de Ahora Madrid sólo ha ejecutado 100.000.

Así lo denunció ayer el Grupo Municipal del Partido Popular tras encontrarse con varios representantes de la citada asociación y escuchar sus quejas y demandas: «Estamos ante una nueva muestra del desinterés del equipo de Carmena por los problemas concretos de los comerciantes», lanzó a la salida de su reunión el portavoz de los populares en el consistorio, José Luis Martínez-Almeida. Con razón, el PP ha mostrado un particular interés en la situación de estos vecinos de Madrid, pues, tal y como recordó ayer Almeida, a su llegada al Gobierno municipal, Manuela Carmena se encontró con cuatro convenios listos para abordar tres zonas concretas dentro del tejido de Azca: uno para la Plaza de Carlos Trias Bertrán, dos para la Plaza Manuel Gómez-Moreno y otro más para el Paseo de la Castellana 77. Todos ellos firmados entre diciembre de 2014 y mayo de 2015, justo antes de que se produjera el cambio Gobierno en la capital. «No tenían más que seguir las pautas marcadas por el PP, tenían el trabajo hecho», dice incrédulo Manuel, que no vacila a la hora de achacar la congelación de la reforma de Azca a «puro sectarismo» por parte de la discordante concejala del distrito de Tetuán.

Porque Galcerán, la misma que el pasado mes de febrero abandonó la Comisión de Cultura del Ayuntamiento cansada de tener que lidiar con el mundo de la tauromaquia en la capital, nunca ha tenido inconveniente en defender un ideario anticapitalista que más de un quebradero de cabeza le ha costado a la alcaldesa, Manuela Carmena. En este caso, según las quejas de la Asociación de Comerciantes de Azca, la edil habría puesto todos sus esfuerzos en «el Tetuán profundo», gobernando «de espaldas» a este núcleo urbano tan céntrico: «Me doy por contento con que todavía existamos», reconoce el presidente aceptando que, de no haber cambio de Gobierno en las próximas elecciones, su situación no cambiará a mejor. De hecho, según continúa en su explicación Manuel, en esta supervivencia del complejo poco o nada han tenido que ver las políticas del Ejecutivo de Carmena, pues han sido ellos mismos, los comerciantes, los que a título individual han trabajado por solventar los problemas con los que, para su desgracia, conviven más de 20.000 trabajadores y 5.000 residentes a diario –a los que habría que sumar las 120.000 personas que transitan la zona–. «Lo único que han hecho ha sido una pista de baloncesto que no era la principal dotación ni necesidad que tenía este complejo», reclamó ayer Almeida tras hablar con la Asociación de Comerciantes de Azca.

Unos problemas que, por otra parte, no son menores. Que donde se levanta un complejo financiero como este durante el día, de noche se convierte en una parada obligada para los amantes de la fiesta más descontrolada de Madrid o, como prefiere decir Manuel, en «una verdadera cloaca». Los capítulos de violencia y delincuencia son una constante en los pisos bajos del complejo, que se convierte noche tras noche en un núcleo de insalubridad e inseguridad: «Una situación única en España con respecto a Europa, es una vergüneza que podamos encontrarnos con esta realidad a tan sólo 20 metros de la Castellana», remarca Manuel.

Y sin embargo, el Ayuntamiento de Madrid no parece preocupado por acabar con esta situación que, según los comerciantes y el Partido Popular, se solucionaría con arrancar un proyecto que se ya se ha dilatado demasiado en el tiempo: «El conflicto nace del abandono; la solución pasa por poner luz y atraer actividad», resume Manuel Rodríguez, destacando, de paso, que no existe una comisaría de Policía en un punto en el que se registran sucesos semanalmente.

Al parecer, el argumento de Montserrat Galcerán pasa por defender que «hay cosas más urgentes», una afirmación que está lejos de contentar a miles de afectados que se entienden con los mismos derechos que el resto de vecinos madrileños y que no están dispuestos a seguir pagando los «desentendimientos internos» del equipo de Ahora Madrid, donde a veces la «riqueza» parece provocar serias «alergias». Almeida respondió a este respecto: «La alcaldesa, si no es capaz de entenderse con su concejala de Tetuán, tendría que ayudar a los comerciantes de Azca y garantizar que se ejecuten las inversiones programadas».