Cae «descuidero» con 20 años de experiencia

La Policía detiene en Atocha a Jean Michel, un francés con 70 antecedentes por robos desde 1995.

Era todo un veterano en su profesión pero cometió un fallo casi de principiante: volver a la escena del crimen. Afortunadamente, no se había especializado en delitos de sangre, de hecho, en eso sí mostró astucia, porque eligió una de las ilegalidades menos castigadas: robo al descuido. Se trata de Jean Michel L. D., un francés de 55 años que lleva una veintena ejerciendo de «descuidero», sobre todo en Madrid pero también por Galicia, Andalucía o Levante. De hecho, en su ficha policial constan más de 70 detenciones sólo por parte de la Policía Nacional pero es muy probable que también haya sido arrestado por otros Cuerpos. Aunque la Policía le haya detenido ahora por apoderarse de 11.000 euros en dinero y objetos en sólo dos días, este individuo era un detenido recurrente desde 1995, cuando fue arrestado por primera vez. La última ha sido en la estación de Atocha y allí lo captaron las cámaras de seguridad. En las imagenes se aprecia su modus operandi, el que ya era su método de trabajo después de tantos años de dedicación.

Tras observar y estudiar a sus víctimas potenciales en las zonas de embarque, cafeterías o salas de espera, Jean Michel aprovechaba cualquier descuido de los viajeros para llevarse sus bolsos o maletas. Como había estudiado minuciosamente la zona para buscarse una salida rápida, el «descuidero» huía apresuradamente por una puerta de emergencia. Los agentes le arrestaron hace pocos días, tras una investigación que comenzaron a primeros de este mes por una sucesión de denuncias de robos en la estación de Atocha.

Tres mujeres manifestaron que, en apenas 48 horas, les habían sustraído sus pertenencias en un breve momento de descuido. Dos de ellas mientras realizaban el control de seguridad en la zona de embarque y a la tercera en la cafetería. Allí le sustrajeron el bolso que tenía colgado en la silla. En total, el botín obtenido ascendió a más de 11.000 euros entre dinero en efectivo, collares, gafas, bolsos, carteras y otros efectos personales. Animado por esta buena actuación volvió a la estación, pero allí le esperaban los agentes de la Policía, que le detuvieron una vez más.