Madrid

La descuartizadora de Sanchinarro tenía una deuda con Tamila

La Policía detuvo el martes a Irma, empleada del hogar en la calle donde aparecieron las piernas de su víctima

La foto de la mujer descuartizada
La foto de la mujer descuartizadalarazon

La Policía Nacional detuvo el pasado martes por la mañana a Irma Shatirishvilil, de 39 años, origen georgiano y sin antecedentes penales, como presunta autora de la muerte y el descuartizamiento de Tamila Shukvani, de 46 años, cuyos restos fueron encontrados en tres sitios distintos el pasado fin de semana. A lo largo de la mañana de hoy será puesta a disposición judicial, que determinará si ordena su ingreso en prisión o, por el contrario, la deja en libertad con cargos. Las primeras hipótesis descartan el móvil pasional entre las dos mujeres y todo apunta a que el asesinato responde a una deuda que mantenía la ahora detenida con la víctima, de la misma nacionalidad. Ambas, según fuentes policiales, trabajaban como empleadas del hogar y, precisamente, los restos de Tamila fueron encontrados en bolsas junto a unos contenedores del número 48 de la calle Ana de Austria –donde trabaja la detenida–, en Sanchinarro. Por la noche unos empleados de los servicios de limpieza del Ayuntamiento de Madrid hallaron a menos de un kilómetro del lugar, en la calle Arroyo de Pos, otra bolsa con restos orgánicos de la víctima. Dos días después, el lunes, encontraron el tronco, las extremidades superiores y la cabeza de Tamila en el vertedero de Valdemingómez.

Los restos de la mujer fueron trasladados por partes –según fueron hallados– hasta el Instituto Anatómico Forense para practicarles la autopsia. También le tomaron muestras de ADN, que pudieron cotejar con los familiares que habían denunciado su desaparición en Hortaleza tras faltar a un compromiso laboral sin haber avisado previamente.

La Policía cree que la georgiana, que llevaba algo menos de una década residiendo en nuestro país, fue asesinada el mismo día de su desaparición.

La investigación llevada a cabo por el Grupo VI de Homicidios de la Brigada Pronvincial de Policía Judicial de la Jefatura de Madrid se centró enseguida en el círculo de la fallecida y llegaron entonces hasta su compatriota y colega de profesión. En el domicilio donde trabajaba la supuesta asesina, los agentes efectuaron un registro el pasado miércoles y, además, ya habrían visionado las imágenes captadas por las cámaras de videovigilancia cercanas a los contenedores de basura donde se encontraron los primeros restos mortales de Tamila. Al parecer, una supuesta deuda que Irma mantenía con Tamila y la posible insistencia de ésta en que se la pagara pudieron desencadenar el macabro desenlace. No obstante, los expertos han resaltado la frialdad y la mente maquiavélica de la asesina para poder llevar a cabo semejante plan. Ya no sólo por descuartizar a su compatriota –si es que es la detenida la autora–, sino por tratar de deshacerse del cadáver por partes e introducirlas en bolsas en distintas zonas del barrio.