Violencia callejera

La Policía sigue esperando a Carmena

La alcaldesa se reunió ayer con colectivos de senegaleses pero no ha recibido a los agentes

Carmena recibió ayer en sede consistorial a una delegación de senegaleses encabezada por el cónsul del país, Mouctar Belal BA
Carmena recibió ayer en sede consistorial a una delegación de senegaleses encabezada por el cónsul del país, Mouctar Belal BAlarazon

La alcaldesa se reunió ayer con colectivos de senegaleses pero no ha recibido a los agentes.

El descontento de la Policía Municipal con Manuela Carmena parece no tener fin. Varios agentes afearon ayer a la regidora en redes sociales que aún no se haya reunido con ellos después de la polémica suscitada por su intervención en la muerte por un paro cardíaco de un mantero en Lavapiés el pasado 15 de marzo. A los que sí recibió ayer la alcaldesa de la capital fue a colectivos de ciudadanos senegaleses encabezados por el cónsul del país, Mouctar Belal BA. Con ellos acordó una próxima visita al barrio en el que sucedieron los violentos disturbios hace unas semanas. En el encuentro también estuvo presente la primera teniente de alcalde del Ayuntamiento de Madrid y delegada de Equidad, Derechos Sociales y Empleo, Marta Higueras.

La alcaldesa animó a los asistentes a acogerse al plan que puso en marcha el Ayuntamiento para implantar en breve una tarjeta de ciudadanía. Esa medida permitirá a los inmigrantes, entre otras cosas, acceder a cursos de formación remunerados que les permitan abandonar su profesión de manteros. Así, la alcaldesa les transmitió su deseo de que consigan pronto «trabajo y derechos»: «Nos vamos a implicar muchísimo con vosotros». En la reunión también se trató de forma explícita el fallecimiento de Mmame Mbaye y Carmena ofreció a los representantes varias posibilidades de ayuda a la familia.

Las primeras informaciones a raíz de la muerte del mantero senegalés generaron escenas de caos en Lavapiés que se saldaron con varios heridos, la mayoría policías. Desde entonces, los agentes soportan insultos y amenazas cada vez que patrullan la zona, y a la vez denuncian no haberse sentido respaldados por los dirigentes políticos.