Operación Candy

Ortiz, pared con pared con King y Del Valle

La Razón
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Antonio Ángel Ortiz Martínez lleva ya algo más de un año en el centro penitenciario de Herrera La Mancha, en Ciudad Real. Al no haber sido juzgado, el presunto pederasta de Ciudad Lineal lleva todo este tiempo solo en una celda de aislamiento «de menos de ocho o diez metros cuadrados», según los datos facilitados a este periódico.

La mayoría del tiempo, más de un 80 por ciento del día, transcurre entre estas paredes. A las 08:00 de la mañana toca recuento y aproximadamente una hora después, desayunar. Una comida que como el resto de las del día hace dentro de su celda. Únicamente tiene entre dos y tres horas de patio por jornada, y eso como máximo. Durante esas horas de «recreo» coincide con muy pocos presos, ya que en la actualidad en la prisión manchega, a la que se llevaban en su día a los presos de ETA y otros reos peligrosos, hay un máximo de cinco presos en aislamiento, por lo que lo más normal es que salga al patio con uno o dos presos. Entre ellos, «Tony King, el asesino de Rocío Wanninkhof y Sonia Carabantes, y Santiago del Valle, el asesino de Mari Luz», añaden las mismas fuentes. Y siempre que sale o entra en su celda, «es cacheado y pasa por un arco detector», aseguran. No es casualidad que estos agresores sexuales de menores sean sus compañeros, ya que esta prisión tiene programas específicos para este tipo de delitos.