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Repsol
Viaje al centro de la tierra: es el momento de la geotermia
Esta fuente de energía renovable es una de las menos conocidas, pero alberga un gran potencial para descarbonizar la economía de forma autóctona, reduciendo la dependencia energética de otros países
Si hay algo que sorprende de Julio Verne, además de sus indudables méritos literarios y su imaginación chispeante, es su «invención» de máquinas y proyectos que, siglos después, no estarían tan lejos de la realidad. Viaje al centro de la tierra narra la expedición de un profesor de mineralogía hasta el núcleo del planeta desde un volcán en Islandia. El escritor no andaba desencaminado: es en este país donde se ha logrado una mayor implementación de la geotermia, si tenemos en cuenta las necesidades energéticas de la isla.
«La geotermia consiste en el aprovechamiento de ese calor intrínseco de la tierra para usos energéticos, bien de generación de energía eléctrica o uso directo del calor para procesos industriales o sistemas de calefacción», define Álvaro Arnáiz, gerente de proyectos de Energía Geotérmica en Repsol. Esta fuente de energía renovable e inagotable se encuentra en casi cualquier lugar del mundo con distintos grados de intensidad, pero solo se puede aprovechar en localizaciones con unas condiciones geológicas concretas.
Así, los habitantes de Islandia se dieron cuenta de que tenían bajo sus pies la posibilidad de generar energía con sus propios recursos. En la actualidad, la geotermia genera el 25% del total de electricidad producida en el país y el 66% de sus hogares se calientan con ella.
¿Es este un modelo exportable a España? «En España existe un gran potencial de recursos geotérmicos que, mediante un desarrollo adecuado del sector, pueden acercar nuestro país a los niveles de aprovechamiento de otros países europeos. Con lo que tenemos, podemos aspirar a cubrir el 10% del mix eléctrico y el 30-40% del mix térmico», afirma Margarita de Gregorio, directora de Biomasa y Geotermia de la Asociación de Empresas de Energías Renovables (APPA Renovables).
La experta destaca que se trata de una fuente renovablede producción continua. Es decir: funciona 24 horas diarias los 365 días del año y es estable. «La energía geotérmica es independiente a la meteorología. Mientras que la fotovoltaica es capaz de producir energía durante 4.000 horas al año, la geotermia produce más de 8.000 horas al año. Esto es bueno, porque puede respaldar el sistema de generación eléctrica renovable cuando no haya sol o viento». Además, añade que se trata de un recurso autóctono para aprovechamiento local, que reduce la dependencia de las importaciones de energía.
¿Cómo se encuentra este valioso recurso subterráneo?
Como hemos dicho, el recurso geotérmico se encuentra en diversas áreas geográficas, aunque en grados de intensidad diferentes. Pero hay que buscar el punto adecuado para el mejor aprovechamiento de este recurso. Normalmente, a cada kilómetro de profundidad la temperatura aumenta entre 25 y 30 grados, aunque esto no se cumple en todos los casos. «La corteza terrestre tiene discontinuidades y anomalías térmicas», explica De Gregorio. «Esto significa que hay lugares donde el calor está mucho más cerca del suelo de lo que debería estar, como en el caso de los volcanes; por eso sale magma».
Según indica Álvaro Arnáiz, «los dos niveles más habituales de geotermia son el somero y el profundo». Y tienen relación con el tipo de uso que queramos darle a la energía. Por un lado, la geotermia somera se refiere a los pozos poco profundos en torno a los 100 metros. «En ellos se hallan temperaturas constantes a lo largo del año de entre 18 y 23 grados habitualmente, y esa temperatura se aprovecha para precalentar los circuitos de calefacción, así como para enfriar el circuito de refrigeración en las edificaciones durante el verano», señala. Por ejemplo, puede aprovecharse en sistemas de calefacción urbanos, tanto de viviendas unifamiliares como de edificios con usos determinados, como un hospital o una universidad. En España se ha aplicado geotermia somera en el barrio de Canalejas (Madrid) o en el Oceanogràfic de València.
Geotermia profunda: fuente de electricidad renovable
Por otro lado, la geotermia profunda se considera habitualmente a partir de los 1.000 metros, donde se pueden alcanzar altas temperaturas en el subsuelo. A partir de 75ºC y hasta los 120ºC se puede utilizar el recurso geotérmico para usos térmicos industriales o redes de calor urbano lográndose una muy alta eficiencia de la transferencia energética, mientras que por encima de 120ºC la geotermia tiene un gran potencial para generar electricidad de origen renovable. En este último caso, se instala una central geotérmica en la superficie cuyo objetivo es aprovechar el calor del fluido geotérmico para generar vapor que mueve turbinas de generación eléctrica.
«Al final, es similar a lo que se hace con carbón o gas en una central. La diferencia es que el vapor que mueve las turbinas es renovable», matiza Margarita de Gregorio. En el caso de la geotermia, el fluido geotérmico enfriado vuelve al subsuelo en un circuito cerrado para garantizar la sostenibilidad del recurso.
La geotermia ha evolucionado de forma dispar en España. Si bien los sistemas geotérmicos de climatización (geotermia somera) han conseguido ir penetrando en las edificaciones, aún no existe ninguna central geotérmica que produzca electricidad (geotermia profunda), como sí las hay en otros países de la Unión Europea. «Los trabajos de investigación del subsuelo son complejos y se necesita realizar antes una campaña de exploración geológica que determine cuáles son los sitios en los que es más probable hallar recursos geotérmicos. En otros países, los gobiernos han realizado mapas de prospección, así como inversiones para fomentar su desarrollo», señala De Gregorio.
Sin embargo, parece que esto está a punto de cambiar. El Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico abrirá su primera convocatoria de ayudas para apoyar estudios de viabilidad que permitan conocer el recurso geotérmico en el territorio nacional. El objetivo es que sirvan de base para poner en marcha la energía geotérmica de media y alta temperatura (geotermia profunda), con especial foco en las regiones de mayor potencial, como son las Islas Canarias. Así mismo, el Plan de Transición Energética de Canarias establece la geotermia como una de las estrategias para lograr en 2030 que el 60% de la demanda eléctrica de las islas provenga de fuentes renovables.
Los primeros proyectos salen a la luz. El mismo Gobierno de Canarias otorgó en noviembre de 2021 a Repsol un permiso para explorar los recursos geotérmicos de una superficie de 466 km² en Gran Canaria y estudiar la posibilidad de instalar la primera central de geotermia profunda de España. El permiso ha sido recientemente prorrogado por un año adicional hasta noviembre de 2023, con el objetivo de completar los estudios en curso. Los trabajos realizados hasta el momento han consistido en analizar las propiedades geológicas de la zona, tomando muestras superficiales y analizando sus propiedades geoquímicas, así como el estudio de mapas e imágenes satelitales, entre otras labores.
El potencial geotérmico de algunas de las Islas Canarias podría ser suficiente para instalar plantas que abastecerían de electricidad a una proporción relevante de la población. Para que nos hagamos una idea, una planta geotérmica de unos 10 MW es capaz de producir anualmente la energía que necesitan más de 23.000 viviendas y su uso evitaría la emisión de unas 57.000 toneladas de CO₂ cada año. Con esto, se procuraría al archipiélago una fuente de energía libre de emisiones, además de mayor independencia energética. Parece que, por fin, España emprenderá ese viaje al centro de la Tierra.
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