La fuerza de Airbnb en la España vaciada
La historia de Albuñol y sus pequeños comercios: cuando el turismo rural cambia el rumbo de un pueblo
En este municipio de la Alpujarra granadina, los viajeros mantienen vivos los comercios locales generación tras generación. Miguel Maldonado es dueño de Rambla Huarea, la bodega más pequeña de España y un ejemplo claro de ello
Miguel sigue la tradición familiar, cuida cada detalle del proceso y apuesta por el producto local. Su día a día está marcado por el esfuerzo y el compromiso con su comunidad. Para él, mantener abierta la bodega no es solo un trabajo, es una forma de vida y una manera de aportar valor a Albuñol, su pueblo. Como Miguel, muchas familias de la zona luchan por conservar sus negocios y evitar que la vida rural desaparezca.
“Este es un negocio completamente familiar. Heredamos las tierras y parte del saber hacer de nuestros padres y abuelos, que ya se dedicaban a la elaboración de vino en cortijos de la zona, y abrimos la bodega a finales de los noventa. Para nosotros era impensable mantenerla en pie gracias a algo más allá del vino y, cuando empezaron las visitas al pueblo, se nos abrió otro camino.”
Al principio, la bodega sobrevivía exclusivamente gracias a la producción de vino local. Sin embargo, la llegada de viajeros a la zona cambió la dinámica. Hace más de una década, cuando los primeros alojamientos rurales comenzaron a aparecer en Albuñol a través de plataformas como Airbnb, los visitantes empezaron a interesarse por experiencias auténticas: rutas de senderismo, comida típica… y la bodega. En 2015, Miguel abrió Rambla Huarea al público. Empezó a ofrecer visitas guiadas y catas. Ahora, quienes llegan al pueblo pueden aprender cómo se hace su vino y descubrir la historia de la familia.
Según un estudio de Analistas Financieros Internacionales (AFI), elaborado para Airbnb, el año pasado 13 millones de turistas eligieron alojamientos en pueblos pequeños rurales y generaron más de 5.500 millones de euros, de los cuales más de 3.200 millones se destinaron a comercios locales, restauración, ocio y cultura. Para Miguel, como para tantos otros, estos viajeros son mucho más que una fuente de ingresos. Gracias a ellos, puede seguir con la tradición familiar y mantener vivo el pueblo
“El primer grupo de viajeros internacionales que recibimos fue de Bélgica. Se estaban quedando en un Airbnb por la zona y buscaban actividades cercanas. A día de hoy, han llegado a Albuñol y, por lo tanto, a nuestra bodega, huéspedes de países como Alemania, Francia o Reino Unido. Se sorprenden de que haya tanto por descubrir más allá de las ciudades. ¡Y yo encantado de mostrárselo!”, recuerda Miguel entre risas.
Anfitriones y embajadores en sus pueblos
El papel del anfitrión siempre va más allá de entregar unas llaves, y en el ámbito rural todavía más. Los anfitriones de la comunidad de Airbnb de estas zonas son auténticos embajadores de sus pueblos. Orientan a los viajeros sobre dónde desayunar un buen bocadillo, en qué tiendas encontrar los productos locales más destacados —como el vino de Miguel y su familia— y mucho más.
“La mayoría de quienes vienen lo hacen por recomendación, muchas veces de la propia gente de la casa donde se hospedan. Les dicen: ‘Ojo, que en el pueblo tenemos la bodega más pequeña de España, ¡no os la podéis perder!’. Y por estas cosas estamos aquí todavía. Nuestras cepas siguen en pie porque vienen a verlas, a tocarlas, a probar su fruto y a catar nuestro vino a este lugar maravilloso en el que nací: la Contraviesa granadina.”
Para que los anfitriones sigan recibiendo viajeros que apoyan a comerciantes locales como Miguel, el estudio de AFI propone avanzar hacia un marco normativo que reconozca el impacto positivo del turismo rural. Recomienda dejar fuera a las zonas rurales de las restricciones urbanas al alquiler de corta duración, facilitar el registro y dar prioridad a estos alojamientos en ayudas públicas para digitalización, sostenibilidad y conexión con el comercio local. También pide que la ley trate de forma diferente el alquiler de corta duración ubicado en municipios rurales o en riesgo de despoblación.