Bugatti celebra su 110º aniversario con el exclusivo BABY II

Celebrando el 110 aniversario de Bugatti, el fabricante de coches francés, presenta al miembro más pequeño de su familia, apodado el Baby II. Limitado a sólo 500 unidades, este automóvil de alto rendimiento representa un homenaje moderno al diseñador y fundador de la marca, nacido en Italia, el Type 35 a media escala de Ettore Bugatti.

Construido inicialmente en 1926 para el cuarto cumpleaños de su hijo menor, Roland, el coche que Ettore había pensado regalar una sola vez, pronto se convirtió en un vehículo oficial de Bugatti, entrando en producción y vendiéndose entre 1927 y 1936. Apreciado por los entusiastas de Bugatti en todo el mundo, hoy en día ninguna colección está completa sin un BABY. Sin embargo, con sólo unos 500 fabricados, han sido el coto privado de unos pocos afortunados.

A diferencia del original, que sólo era apto para los conductores más jóvenes, el Baby II es una réplica en tamaño de tres cuartos del Bugatti Tipo 35, con capacidad para conductores adultos y niños. Con el objetivo de permitir a los entusiastas de todas las generaciones compartir el amor por la conducción y por la marca clásica de Bugatti, el Baby II cuenta con una cadena de tracción trasera alimentada por baterías, un paquete de baterías de iones de litio extraíbles, un diferencial de deslizamiento limitado y un sistema de frenado regenerativo.

Está disponible en dos modos de alimentación seleccionables, incluyendo un "modo novato" de 1kW con velocidades máximas de 20km/h, y un "modo experto" de 4kW capaz de acelerar a velocidades de 45km/h, además de una mejora opcional de la "tecla de velocidad" que permite una recarga de energía de hasta 10kW mientras se desactiva el medidor de velocidad.

Lanzado casi un siglo después que su predecesor, el Baby II ha sido creado utilizando la última tecnología, pero con el mayor respeto por la herencia automovilística de Bugatti. Construido a mano con la ayuda de un preciso escáner digital del Type 35 original, construido para el Gran Premio de Francia de 1924 en Lyon, este nuevo vehículo exhibe la emblemática insignia "Macaron" de la marca, hecha de 50g de plata maciza, junto con su propia placa y número de chasis.

Con un salpicadero de aluminio torneado, asientos de cuero, instrumentos personalizados y la recreación a escala del distintivo volante de cuatro radios del Type 35, el Baby II está revestido de una serie de colores inmaculados, incluido el tradicional azul de carreras francés.