El Philippe Dufour que se ha vendido por casi 5,2 millones de dólares quita el habla

Phillips nos ha regalado dos días de subasta en Ginebra absolutamente maravillosos en los que se Philippe Dufour se ha llevado la palma. Cuarenta y ocho horas en las que por fin se ha dejado espacio a las marcas independientes que mucho tienen que decir en el mundo de la relojería.

Casi 250 piezas son las que se han subastado y queremos centrarnos en alguna de las más importantes.

Philippe Dufour Grande & Petite Sonnerie (casi 5,2 millones de dólares)

La gran sensación de la noche. Creado en 1993, fue el primer reloj de pulsera que fabricó Dufour e incluye una sonería grande y pequeña, dos mecanismos que marcan la hora, que el usuario puede alternar con un control deslizante lateral.

Dufour es tremendamente querido entre los amantes de los relojes. Por algo está considerado el maestro de la relojería moderna. A sus 73 años, continúa acabando sus piezas a mano.

Patek Philippe referencia 2499 perpetual calendar (3,8 millones de dólares)

Una obra maestra. El joyero ha dejado su marca tanto en la esfera como el brazalete. Este último es una de las partes más llamativas de la pieza y ha sido fabricada por Gay Frères (1835), maestro absoluto de los brazaletes, en lo que Phillips cree que fue un encargo especial de un cliente.

Omega Speedmaster Broad Arrow (3,4 millones de dólares)

Se ha convertido en el Omega más caro jamás vendido en una subasta. Y no es de extrañar.

Forma parte de la primera generación de Speedmaster en la que podría decirse que Omega casi patentó la ya característica mano de flecha ancha, que recupera las piezas de inspiración vintage. Un reloj por el que casi no han pasado los años (tiene más de 60). Lo único que ha envejecido ha sido su correa, aunque ha adoptado un precioso color marrón oscuro.

Louis Erard x Alain Silberstein Le Régulateur II (11.050 dólares)

No es el más caro, pero sí uno de los más curiosos. Podría decirse que incluso infantil. Es fruto de una colaboración entre la casa Louis Erard y el diseñador Alain Silberstein.

El reloj usa una línea ondulada para marcar los segundos y una enorme flecha azul para rastrear los minutos.