Las renovadas Torres Colón quieren ser el nuevo icono de Madrid

En 2022, la plaza de Colón de Madrid no tendrá nada que ver con la estructura que conocemos hoy. Si en uno de sus laterales brillará el diseño de acero y cristal de Norman Foster en el edificio Axis, justo enfrente habrá terminado, previsiblemente, la obra de renovación de las Torres Colón, como ha anunciado hoy Mutua Madrileña, empresa dueña del emblemático edificio que diseñó el ingeniero Javier Manterola. “Es la reforma de mayor envergadura que vamos a hacer”, ha subrayado Ignacio Garralda, presidente del Grupo Mutua Madrileña. “Queremos que se integre en la ciudad y que sea el primer edificio de oficinas en España que tenga consumo energético casi nulo”, ha añadido.

Con una inversión de 65 millones de euros, esperan que su completa remodelación esté lista en 2022. “Creemos que será el mejor de España”, ha insistido Emilio Colomina, director general de Mutua Inmobiliaria. El nuevo diseño cuenta con el visto bueno de la Comisión para la Protección del Patrimonio Histórico-Artístico y Natural del Ayuntamiento de Madrid, como ha recordado José Luis Martínez-Almeida, alcalde de la ciudad. “Este edificio va a definir el Madrid del siglo XXI. Por la innovación que supusieron las torres en su momento, estamos tramitando que se incluya como elemento de bienes protegidos”. Además, ha valorado muy positivamente el interés del nuevo diseño de ser uno de los más sostenibles del país: “Eliminará mil toneladas de emisiones de la ciudad”.

El proyecto de remodelación, el tercero que afrontarán las torres en sus 50 años de vida, ha sido diseñado por el arquitecto Luis Vidal y busca potenciar la solución estructural diseñada por Manterola. Así, mantendrá la estructura suspendida original en su integridad, “modificando el diseño y la arquitectura exterior para adaptarlo a las nuevas necesidades”, ha insistido Colomina. No se modificará ni la edificabilidad ni su altura (117 metros). Eso sí, desaparecerá el conocido “enchufe” que corona el actual inmueble.

Vidal, premiado por su diseño de la terminal dos del aeropuerto londinense de Heathrow, ha explicado que “se le va a quitar la piel naranja. La nueva fachada será un símbolo visible que volverá a brillar con fuerza”. A esto ha añadido que “consumirá un 60% menos de energía que uno convencional y será acogedor y duradero. Estará inundado de luz natural. Será una puesta al día que dure 50 años más.

10% de energía generada por el propio edificio

Aprovechando la supresión del “enchufe”, el edificio contará con cuatro nuevas plantas de oficinas. Sólo utilizará energía eléctrica de origen renovable. Consumirá menos de energía que un edificio convencional y generará prácticamente cero emisiones de dióxido de carbono que puede emitir un edificio convencional similar. Además, casi el 10% de la energía que consuma será generada por el propio edificio. Esto se conseguirá gracias al aislamiento de su fachada