Hospitales
La vuelta al trabajo de un médico tras superar el contagio
Jackie Calleja regresa «al 90%» al Hospital Universitario Quirón Madrid después de que él y toda su familia resultaran infectados
El mismo día 31, justo cuando por fin dio negativo en las pruebas del Covid-19, Jackie Calleja, ginecólogo del Hospital Universitario Quirón Madrid, regresaba a su consulta. Atrás quedaban 11 días muy difíciles, en los que tanto el médico, como su mujer (matrona de profesión) y sus hijos de 5, 7 y 9 años, también resultaron infectados. No en vano, junto a su esposa trabaja también en el Centro Bmum, de ginecología y pediatría, donde atendían regularmente a sus pacientes la semana en la que estalló la crisis.
«La sensación es como si me hubiera pasado un camión por encima», afirma Calleja, en conversación telefónica con LA RAZÓN. Su contagio se produjo el pasado 17 de marzo, cuando empezó a notar síntomas muy incipientes, como dolores de cabeza y musculares. «Por responsabilidad médica y personal, me hice el test. No quería poner en peligro a mujeres embarazadas. A las 24 horas, el hospital me confirmó que había dado positivo», afirma.
Calleja se instaló un «minihospital» en su habitación. Además de medir su saturación de oxígeno, se administró paracetamol y cloroquina, un medicamento usado contra la malaria. «El coronavirus produce una respuesta muy exacerbada del sistema inmune y se está viendo que la cloroquina es capaz de atenuar esa respuesta», relata. El agotamiento que padecía le hizo perder el apetito y, consecuentemente, el peso, «unos seis o siete kilos en los primeros ocho días». Recuerda especialmente desagradable la pérdida del gusto y el olfato. «No te das cuenta de lo importantes que son esos sentidos hasta que los pierdes. Todo te sabe a plástico», dice.
Ahora, al «90%» de sus capacidades y con el gusto y el olfato recuperados en un 60-70%, volvió al trabajo. Reconoce que en su hospital «la situación es más tranquila: no se está ingresando al ritmo de hace 10 días». Sin embargo, el problema sigue estando en las UCI, donde los pacientes no pueden permanecer menos de cuatro o cinco días. «La UCI tiene ahora mismo una ocupación del 200%. De 14-15 camas se ha pasado a 29», afirma. En ginecología se están «agilizando las altas»: tras un parto sin problemas, el alta se da a las 24 horas; si ha habido cesárea, 48.
Tanto él como su mujer han tenido que adquirir material de protección de forma privada. La lectura es clara: las distintas Administraciones «no se han preocupado de cuidar a los sanitarios».
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