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Así funcionan los hoteles sólo para sanitarios en Madrid

“Puedo trabajar en un hospital porque están abiertos estos alojamientos, no podía alquilar un piso”, cuenta una auxiliar de enfermería

Cristina Fernández es enfermera del Hospital de la Princesa y se aloja en el hotel Room Mate Óscar.
Cristina Fernández es enfermera del Hospital de la Princesa y se aloja en el hotel Room Mate Óscar.Cristina BejaranoLa Razón

Cristina llegó con su maleta hace unos días al Room Mate Oscar, situado en la Plaza Pedro Zerolo, en pleno corazón de Madrid, procedente de Alcalá de Henares, donde reside. Nada más dejar sus cosas en la habitación se encontró con una carta en la que pudo leer: “¡Qué ilusión tenerte en nuestra casa. Descansa, disfruta y deja que nuestros roomies te mimen.Gracias por tu trabajo incansable, tu servicio atento y tu generosidad cuidando de los más necesitados, ahora mismo, nuestro enfermos. Estamos orgullosísimos de vuestra labor. Tened claro que juntos vamos a salir de esta (...)Quiero que dispongas de lo que necesites del minibar (...)”. Firmado: Kike Sarasola, presidente y propietario de Room Mate Group.

Cristina tiene 34 años y es auxiliar de enfermera, pero hace unos años que había dejado este trabajo para convertirse en integradora social de drogodependientes. El último proyecto para el que había sido contratada terminó hace unas semanas y se encontraba en el paro. Quería dedicarse a sus hijo, hacer los deberes con él...Pero cuando estalló la crisis sanitaria “decidí que tenía que hacer algo porque veía a los hospitales buscando a gente desesperadamente y yo era auxiliar de enfermería así que llamé para decir que estaba disponible”, cuenta Cristina a LA RAZON.

Cristina no podía trabajar rodeada de enfermos de coronavirus y luego llegar a su casa de Alcalá de Herares, en la que vive con seis personas más: sus padres, su hijo, su sobrina y sus hermanos. “Es una casa pequeña en la que, si me contagio, es imposible mantener el aislamiento”, dice. Así que se puso con empeño a buscar piso. “Como yo estaban otras personas así que creamos un grupo de Facebook, pero alquilar un piso era carísimo. Y, no solo eso, conllevaba el pago de una fianza, tampoco sabíamos cuánto tiempo vamos a estar contratados...Era triste querer ayudar y no poder. Así que me llamaron del Hospital de La Princesa y tuve que renunciar al trabajo en un primer momento, hasta que me enteré de que se abrían hoteles para sanitarios. Entonces volví a llamar al hospital para decir que estaba disponible y de un día para otro el Hospital de La Princesa me gestionó una plaza en el Hotel Room Mate Oscar, un cuatro estrellas en el que Cristina jamás hubiera pensado en alojarse en estas circunstancias”.

“Mi habitación es bonita; el baño grande y acudimos al comedor para el desayuno, comida y cena. La gente es muy amable, están siempre pendientes de nosotros y de lo que podamos necesitar”. Eso sí, la piscina y la terraza están cerradas. El confinamiento se hace en las habitaciones del hotel.

El personal del hotel anima a sus huéspedes, lleno ahora de médicos y enfermeras con mensajes positivos en el ascensor, en el espejo de sus habitaciones, en el desayuno, para empezar la mañana con ánimo: “¡Sois muy grandes!; Todo va a salir bien, gracias; ¡Vamos, valientes!”. Son mensajes que ayudan a afrontar jornadas agotadoras para Cristina en el hospital de La Princesa pero, sobre todo, para sobrellevar lo que está siendo también muy duro para ella, que es no poder ver a su familia. Cristina se emociona al pensar que tampoco sabe cuándo podrá volver a abrazar a los suyos con las prórrogas del estado de alarma.

En el hotel montan uno a uno en el ascensor, hay separaciones en las mesas en el comedro y “todo el mundo es súper agradable, todo son facilidades y se agradece mucho en estas circunstancias”, dice. Todos salen a las ocho de la tarde a la puerta del hotel a aplaudir y han creado un grupo para intercambiar experiencias.

Alianza de empresas

Además, otras empresas se han aliado con los sanitarios para dar servicio en los hoteles de Sarasola: Ciber Suite, ofrece el wifi gratis para que puedan seguir conectados con sus familias; Auara, les deja botellas de aguas gratis; Ilunion hace la lavanderia de las habitaciones y Acciona, hace gratis una limpieza especial del alojamiento.

En La Princesa Cristina cuenta que el primer día lo pasó muy mal. “Fue muy duro porque pasé por urgencias y había gente que estaba muy malita y estaba en el suelo. Casi todo el mundo me llamaba, pero no podía pararme con todos, era imposible. Fue horroroso. Ahora estoy como en una especie de habitáculo que antes era una sala de infecciosos: hay seis camas de un lado y seis sillones de otro y, de ahí los pacientes pasan a una habitación. No es tan caótico como me imaginaba: somos dos enfermeros y un auxiliar y a menudo pasan médicos. Las urgencias son peores: muchas horas de espera en sitios que no son cómodos”.

Cristina no quiere pensar mucho si puede o no contagiarse del virus. “En realidad, aunque creas que lo tienes, si no tienes fiebre vamos a trabajar. Yo creo que lo ideal es que nos hagan la prueba antes de