Sucesos

El taller clandestino que robaba coches pieza a pieza

Tras extraer las partes de más valor, las vendían en internet o las utilizaban en otras reparaciones. En algunos casos estaban en connivencia con los dueños de los vehículos sustraídos

Taller clandestino desarticulado por la Policía Nacional en Alcalá de Henares
Taller clandestino desarticulado por la Policía Nacional en Alcalá de HenaresPolicía NacionalLa Razón

Era un método sencillo y, aparentemente, seguro para ellos. Los vehículos que sustraían eran trasladados a una nave industrial de Alcalá de Henares, donde los desmontaban pieza a pieza en función de los elementos que necesitaban. Después, las piezas que resultaban útiles eran vendidas a través de internet y en otros talleres, mientras que el chasis y las partes de menos valor eran distribuidas entre las chatarrerías, tras eliminar cualquier rastro que les pudiera incriminar. Este era el modus operandi de los siete detenidos por la Policía Nacional en Alcalá, acusados de regentar un taller dedicado al robo, despiece y también la reparación de vehículos con el material robado, actuando como una cadena de montaje de una fábrica. En total, se les atribuyen 25 hechos delictivos que les habrían generado un beneficio de 600.000 euros.

La investigación comenzó el pasado mes de febrero, cuando los agentes tuvieron conocimiento de una nave industrial situada en el municipio madrileño donde presuntamente se despiezaban vehículos sustraídos. Tras conocer la ubicación exacta del local, se inspeccionó el lugar y se recuperaron tres vehículos completos sustraídos, así como numerosas piezas de coches que habían sido desguazados y multitud de útiles para llevar a cabo su actividad. La Policía constató que ese lugar era utilizado como taller clandestino por una organización para el robo, despiece y reparación de vehículos.

Los detenidos funcionaban como una empresa especializaba en el robo de coches de gama media. Cada uno tenía una función específica y perfectamente coordinada con las del resto, actuando como una cadena de montaje de una fábrica que se ponía en marcha cuando entraba la demanda de un producto hasta satisfacer el “pedido”. Los coches robados se desmontaban en función de los elementos que se venderían a terceros:
motor, caja de cambios, volante, salpicadero, llantas de aleación, asientos... En cuestión de pocas horas, tres personas llevaban a cabo un “desguace exprés”. Dichas partes eran transportadas hasta chatarrerías, después de eliminar indicios tales como los números identificativos de las piezas. Además, las piezas de más valor también eran utilizadas para reparar vehículos siniestrados, lo que supone también una competencia desleal al no tributar por ninguna de estas actividades.

Las supuestas ilegalidades no acaban ahí. La organización se dedicaba a estafar a compañías aseguradoras, al estar en connivencia con las supuestas víctimas de los robos con las personas que despiezaban los vehículos. Así, obtenían un doble beneficio: por un lado, conseguían la indemnización de la compañía aseguradora y, por otro, el dinero obtenido por la venta de las piezas de dicho vehículo.

Los agentes han averiguado dos casos en los cuales las víctimas utilizaron un viaje a sus países de origen, Rumanía, para denunciar el robo al regreso. En ese tiempo, los detenidos tenían tiempo de sobra para deshacerse del vehículo sin ningún tipo de riesgo y, posteriormente, cobraban la correspondiente indemnización por parte de la aseguradora.