Delincuencia

Detenido (otra vez) “El Goyito”, su hermano y su banda de aluniceros

Los cinco arrestados, que suman más de 200 detenciones, están en libertad a pesar de haber cometido 52 hechos delictivos

Este verano había pisado la cárcel de Aranjuez donde también está (en el módulo de madres) su mujer con sus dos hijos pero le pagaron la fianza de 60.000 euros y salió a la calle: vuelta a trabajar. Gregorio Rodríguez García, “El Goyito”, más conocido como el “Ojo Turbo” por su mirada estrábica, ha sido detenido con su banda de aluniceros por enésima vez. Acumula más de 60 detenciones y esta vez se había decantado por los talleres, de ahí el nombre de la operación “Atelier Turbo”, aunque no le hacía ascos a nada y hace mes y medio también le dio a la tienda de Orange y una joyería de un centro comercial de Vicálvaro.

En una operación conjunta de la Policía Nacional y la Guardia Civil, los agentes han detenido al mítico alunicero junto a su hermano mayor, Christian Rodríguez alias “El Ruso”, que también supera ya el medio centenar de arrestos; el “Menasalvas”, que había okupado un chalé en Casarrubios (Toledo) y el “Gordo Maya”, de etnia gitana. Los cuatro estaban en el parking del aeropuerto de Barajas el pasado 8 de octubre, cuando fueron detenidos. El quinto, un ciudadano de origen marroquí, fue detenido más tarde.

52 robos

Los agentes les atribuyen la comisión de 52 hechos delictivos en Madrid y Toledo. Hacían también estaciones de servicio en 22 localidades diferentes pero los talleres eran ahora su especialidad y se hacían hasta seis en una noche. Se llevaban todo lo que pillaban: radiales, sierras, taladros, garrafas de aceite... Y coches de alta gama, aunque también los cogían, como siempre, de la calle. Los agentes les han decomisado 14 vehículos de alta gama y una caravana, todo valorado en 300.000 euros.

Durante los registros en Casarrubios (dos viviendas en el mismo edificio, por supuesto okupadas) encontraron la caravana en un patio donde también tenían una piscina, como grandes amantes del lujo que son. Eso sí, tenían un galgo que estaba en condiciones infrahumanas, según fuentes policiales, y que no tenía ni agua.

A pesar de todos los hechos delictivos que los agentes han podido acreditar, el juzgado ha decidido dejarles en libertad, por lo que es muy probable que ya estén buscando nuevos objetivos o, incluso, que ya hayan vuelto a delinquir, ya que es su modus vivendi.

Desde los 14 al volante

En calle Mata del Agua, en Villa de Vallecas, todo el mundo habla bien del “Goyito”.

Comenzó a delinquir de muy niño y a los 14 años los agentes de la zona de Vallecas y Entrevías ya le conocían de sobra. Empezó dando palos con su hermano en hoteles pero su destreza delincuencial está vinculada al volante. Comenzó a robar Fiat Tipo y conducía aún siendo menor. Pronto se hizo todo un experto al volante y durante los alunizajes que pronto comenzó a perpetrar hacía de piloto: el conductor; es decir, el que se lleva la mejor parte del botín porque su papel en el robo, obviamente, es vital, aunque “El Goyito” dicen que no tiene mucha solvencia económica.

Prisión

El pasado mes de julio, según informó ayer el TSJM, la Sección 16 de la Audiencia Provincial de Madrid le condenó a dos años, ocho meses y un día de prisión por un delito continuado de robo con fuerza en establecimiento abierto al público, un delito continuado de hurto y robo y otro de pertenencia a grupo criminal, tras alcanzar un acuerdo con Fiscalía. «El Goyito» ya había sido condenado por los mismos hechos a nueve meses pero el TSJM ordenó repetir el juicio por indefensión y ahora, ha salido perdiendo.

El TSJ ordenó la repetición del juicio al estimar indefensión al habérsele expulsado de la sala de vistas por su mal comportamiento, cercenándosele así el conocimiento del desarrollo del juicio con todas sus incidencias y, como secuela, el alegato que pudieran hacer los acusados para matizar, completar, contradecir o rectificar lo conveniente a su entender, posibilitando que el Tribunal incorporase elementos de juicio para apreciar en conciencia, conforme exige el artículo 741 de la Ley de Enjuiciamiento criminal, lo manifestado.