Medio Ambiente
El “arboricidio” de Filomena en Casa de Campo: 100.000 ejemplares perdidos
Los pinos, uno de sus ejemplares predominantes, han sido las grandes víctimas. El parque reúne un total de 700.000 árboles. Varias de sus zonas podrían permanecer meses cerradas
Pasado un mes largo ya desde aquel temporal histórico y poderoso, capaz de paralizar a toda una región y a una de las capitales más grandes de Europa, las bajas causadas por Filomena van pasado de las frías estimaciones a las cifras contrastadas. Los parques y las zonas verdes de Madrid, más de 3.000 en la capital, fueron los primeros campos de batalla. En apenas 30 horas, cayeron sobre la ciudad 1.250.000 kilos de nieve, equivalentes a 22,3 millones de metros cúbicos. Cifras que pueden resumirse en una imagen muy visual: colocar una fila de camiones de 40.000 litros de capacidad desde Madrid hasta Bruselas. Consecuentemente, los grandes parques se han resentido. No solo por la nevada en sí, una condición meteorológica extrema para la que no estaban adaptados; también por cargar durante días con un elemento, la nieve, que tras una bajada de temperaturas también con pocos precedentes en nuestra historia reciente, devino en hielo.
Nuestros ojos se fueron directos al parque del Retiro. La joya verde de la capital. Tres siglos de historia repartidos en unas 118 hectáreas. Las cifras fueron peor de las esperadas. De sus 17.000 árboles, 11.000 resultaron afectados de un modo u otro. Y de esos 11.000, alrededor de un millar son irrecuperables: bien se han caído, bien tendrán que ser talados. Borja Carabante, delegado de Medio Ambiente y Movilidad del Ayuntamiento, aseguró esta semana a LA RAZÓN que el proceso de reforestación tendrá que ser estudiado al detalle por el Consistorio. En todo caso, hablamos de “años” hasta que volvamos a recuperar esa masa verde perdida.
Sin embargo, los datos que arroja el Retiro, siendo malos, podrían considerarse incluso “esperanzadores” si los comparamos con los de otro de los parques emblemáticos de la capital: la Casa de Campo. Cierto es que no estamos ante una zona verde con la vitola del Retiro. Pero también ha sido reflejo de buena parte de la historia de España durante los últimos siglos. No solo fue coto de caza de los Austrias y de los Borbones: es posible que los primeros y prehistóricos madrileños ocuparan este espacio natural. Se trata además de uno de los parques urbanos de mayor extensión de Europa, con más de 1.700 hectáreas. Unas quince veces más grande que el Retiro. Y su masa forestal, consecuentemente, es mayor.
Carabante asegura que de los 700.000 árboles que se cobijan en Casa de Campo, unos 500.000 se han visto afectados. Y de estos últimos, 100.000 se han caído o están en proceso de hacerlo. Un 15% de especies perdidas. Una cifra que asusta. El delegado de Medio Ambiente explica que habrá algunas grandes ciudades españoles que ni siquiera sumen esa cifra total de árboles. Y así es. En Bilbao, el total de especies es de 35.000; en otras, como Sevilla, se cuenta con poco menos del doble, unos 180.000.
¿Por qué ha sido mayor el daño sufrido por Casa de Campo? Si hay una especie predominante en el parque son los pinares. Algunos de ellos exóticos; otros piñoneros. En cualquier caso, se trata de árboles de una gran copa. Una copa robusta y lo suficientemente fuerte como para soportar bastantes kilos de nieve. Eso provocó que acumularan demasiado elemento en su parte superior y que se fuera congelando con la drástica bajada de temperaturas. Convertida en hielo, los árboles comenzaron a soportar un peso excesivo que acabó rompiendo sus ramas.
Este mismo factor es el que ha provocado que la zona más dañada del Retiro sea, precisamente, la del Pinar, en los alrededores del monumento al Ángel Caído. De igual modo, hay calles de Madrid que se han visto más afectadas que otras por el mero hecho de contar con un gran número de pinos. Es el caso de Arturo Soria. Carabante explica que esta avenida cuenta con 300 ejemplares, de los cuales 295 han resultado afectados. Algunos ya han sido retirados. Los cedros, aunque existen en menor medida en la ciudad, también han sufrido daños importantes.
No deja de ser llamativo que este tipo de árbol, robusto, imponente, haya resultado más perjudicado que otros, en apariencia más débiles. “Su lucha por la supervivencia, que es lo que nos distingue a todos los seres vivos, no incluía una gran nevada”, explica a este diario Santiago Soria, subdirector general de Parques y Viveros del Ayuntamiento de Madrid. “Su lucha consiste en recibir más luz, echar más raíces, obtener más alimento, ir adquiriendo más suelo... Su lucha es por el espacio. Y el espacio se traduce en luz, pero no en aguantar una nevada. Sus problemas eran otros, y estaban adaptados para ello”, añade.
¿Qué ocurrirá ahora con la Casa de Campo? Desde luego, su recuperación y, por tanto, el acceso al público, no va a reanudarse tan rápido como en El Retiro, que a mediados de marzo ya estará prácticamente al 100% disponible. Las previsiones en este caso son mucho menos optimistas. Es cierto que, desde la semana pasada, son varias las zonas abiertas a los ciudadanos: la Puerta del Rey, el paseo del Embarcadero, el paseo Azul, el paseo perimetral del Lago, el acceso al Pabellón de Cristal del Recinto Ferial... En general, muchas zonas de uso deportivo, así como de acceso a las estaciones de Metro. Sin embargo, “una parte muy importante” del parque, deberá “permanecer cerrada aún durante meses”. Un motivo más por el que nos acordaremos de Filomena mucho más allá de aquellas 30 horas en las cuales nos sepultó en nieve.
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