Preconcurso de acreedores

El icónico Lhardy intenta renegociar sus deudas mientras resiste al Covid

El restaurante de la Carrera de San Jerónimo, sin posibilidad de instalar una terraza, y ante el desplome del turismo en la zona centro, busca una salida empresarial

El restaurante Lhardy, en Madrid
El restaurante Lhardy, en MadridJesús HellínEuropa Press

Es el suma y sigue de la pandemia. El restaurante centenario Lhardy, en pie desde 1839, ubicado en la céntrica carrera de San Jerónimo y reconocido por su icónico cocido, intenta resistir pese a la pandemia del coronavirus. Desde hace un año, encaja como puede la falta de clientes y el hundimiento del turismo en el centro de Madrid. Ahora, mientras la vacuna se extiende y algunos quieren avistar la salida de la crisis, Lhardy trata de renegociar sus deudas al entrar en un preconcurso de acreedores para intentar remontar su situación.

Desde la gerencia del restaurante señalan que el “remate” a su situación lo ha ocasionado la pandemia, aunque llevan diez años con “problemas” por las obras en el entorno del complejo Canalejas.

Han destacado que se han adaptado a la pandemia y han puesto en marcha todas las medidas de seguridad sanitarias, aunque notan la bajada en el turismo nacional e internacional. “Abrimos solo al mediodía y con el 50%”, ha indicado.

La terraza, imposible

Los trabajadores de Lhardy han constatado también la bajada de la clientela al no contar un terraza y han señalado que entre semana en la zona “hay muy poco movimiento”. “Mientras no se abra el turismo es complicado”, han apostillado. La estrechez de la calle y el tráfico hace muy difícil la instalación de una terraza en el exterior.

Asimismo, han trasladado su intención de mantener el emplazamiento del restaurante porque no tendría sentido cambiarlo de lugar, ya que cuenta con la decoración de la época, y ha asegurado que sería “como cambiar de sitio el Palacio Real”.

Locales centenarios de la capital

El restaurante está incluido en los locales centenarios de Madrid de especial significación ciudadana e interés general para la ciudad, reconocidos el pasado mes por el Pleno del Ayuntamiento de la capital.

En la ciudad se conservan 12 establecimientos de este tipo agrupados en la Asociación de Restaurantes y Tabernas Centenarios de Madrid (RCM). Son Bodega de la Ardosa (1892), Restaurante Botín (1875), Café Gijón (1888), Casa Alberto (1827), Casa Ciriaco (1887), Casa Labra (1860), Casa Pedro (1825), La Casa del Abuelo (1906), Lhardy (1839), Malacatín (1895), Posada de la Villa (1642) y Taberna Antonio Sanchez (1787).

Estos emblemáticos restaurantes llevan más de 100 años preparando los platos típicos de la ciudad. Además de atesorar la historia de la gastronomía, han sido testigos del devenir de la política, la literatura, la pintura o la tauromaquia. Algunos de los capítulos de la historia de la villa se han escrito entre sus paredes.

Adiós a los clásicos bares de Madrid

La pandemia ha ocasionado el cierre de diferentes bares relevantes en la ciudad como es el caso de la histórica cafetería madrileña Ferpal, ubicada en la calle Arenal, que anunció su cierre el mismo año en el que iba a celebrar su 50 aniversario por el impacto del coronavirus.

Este cierre se suma al de la conocida cafetería, bar y pastelería Hontanares, situada en la Avenida de América de Madrid, que cerró definitivamente sus puertas en noviembre, consecuencia de las pérdidas económicas acarreadas por el Covid.

También, el mismo mes anunció su cierre definitivo el icónico restaurante madrileño Zalacaín, el primero en España en alcanzar las tres estrellas Michelin, por el impacto del coronavirus, además de presentar el concurso de acreedores.