4-M
Del azul al rojo en diez años: así ha cambiado el mapa político de Madrid
El mapa regional ha dado un vuelco importante desde la mayoría absoluta de Esperanza Aguirre en 2011. Los socialistas reconquistaron el «cinturón rojo» y casi todo el sur de la Comunidad
Noche del 28 de marzo de 2011. Esperanza Aguirre, candidata del PP, gana los comicios autonómicos tras obtener 1,5 millones de votos y 72 escaños, siete más de los necesarios para gobernar en solitario. Noche del 26 de mayo de 2019. Ángel Gabilondo, candidato del PSOE, vence en las elecciones regionales tras lograr más de 884.000 votos, que supusieron 37 escaños. Muy lejos de los 67 requeridos y sin apoyos suficientes para impedir que Isabel Díaz Ayuso, en coalición con Cs y con el apoyo de Vox, conquistara la Asamblea de Madrid. En ambos años, el resultado final fue el mismo: gobierno «popular». Sin embargo, el color que adquiría el mapa político regional fue muy diferente. La victoria de Esperanza Aguirre anticipaba, ocho meses antes, el triunfo arrollador de Mariano Rajoy y el PP: casi 11 millones de votos y 186 diputados, heredando el descontento por un país sumido en una profunda crisis económica. Sin embargo, en 2019, la victoria de Gabilondo, si bien insuficiente, teñía a la comunidad del tono rojo socialista, evidenciando un PSOE fuerte tras la moción de censura ejercida apenas un año antes sobre el propio Rajoy.
Con todo, la principal diferencia entre 2011 y 2019 estaba en un abanico parlamentario que se abriría de forma inédita en nuestra democracia reciente. Hace ahora diez años, cuatro partidos obtuvieron representación: PP, PSOE, IU y UPyD. Hace dos, los escaños se repartieron entre seis formaciones: los dos primeros más Cs, Más Madrid, Vox y Unidas Podemos. La oferta y la demanda del voto se ha diversificado tanto por la izquierda como por la derecha, obligando a pactos entre al menos tres partidos para poder sacar una investidura adelante. Así se hizo patente a partir de los comicios autonómicos de 2015, con UP y Cs como tercer y cuarto partidos más votados respectivamente. Cristina Cifuentes superó el millón de votos y obtuvo 48 escaños. Sin embargo, la suma de PSOE y UP, con Gabilondo y José Manuel López Rodrigo al frente, estuvo a un solo diputado de hacerse con el Ejecutivo aquella noche electoral. Finalmente, la irrupción de Cs, liderado entonces por Ignacio Aguado, permitió al PP revalidad su Gobierno.
El entendimiento entre partidos será de nuevo clave tras los comicios del 4-M. Sobre el tapete, un total de 136 escaños, con una mayoría absoluta fijada en los 69. Según el último sondeo elaborado por NC Report para LA RAZÓN, Díaz Ayuso podría sumar 68 con la ayuda de Vox, frente a los 61 que obtendrían PSOE, Más Madrid y Unidas Podemos. De este modo, y de acuerdo con la encuesta, la llave de la gobernabilidad estaría en manos de Ciudadanos y Edmundo Bal, que conseguiría entrar en la Asamblea con siete representantes: bien para facilitar el gobierno de Ayuso, bien para provocar un empate a 68 escaños y, por tanto, forzar una nueva convocatoria electoral. En todo caso, la historia reciente juega en contra del PSOE: la última vez que tuvo en sus manos el Gobierno regional fue hace 25 años, entonces con Joaquín Leguina como presidente.
Aunque lejos de la mayoría, si en algo coinciden la totalidad de las encuestas es que el PP de Díaz Ayuso conseguirá una victoria cómoda, duplicando prácticamente los resultados que obtuvo hace dos años. Y, de forma consecuente, es también previsible que el color del mapa regional cambie a partir del 4 de mayo, si bien eso, a tenor de los resultados de 2019, no supone ninguna garantía para hacerse con el control de la Asamblea madrileña.
Encuestas aparte, a día de hoy, el PSOE es la opción más votada empezando por la capital: más de un 25% de los votos, por el 23% del PP, el 19% de Cs, el 16% de Más Madrid y el 8% de Vox. Del mismo modo, los socialistas fueron votados de forma mayoritaria en las ciudades más grandes del sur de la Comunidad, a excepción de Chinchón, donde los «populares» ganaron. Sin embargo, el llamado «cinturón rojo» ha sido reconquistado de forma progresiva por el PSOE desde 2011. Si en las elecciones que ganó Esperanza Aguirre solo Parla se resistía, a día de hoy ha vuelto a recuperar su color tradicional: Rivas Vaciamadrid, Getafe, Leganés, Alcorcón, Móstoles, Fuenlabrada... Uno de sus municipios adyacentes, Arroyomolinos, fue de los pocos en los que Cs se convirtió en la alternativa más votada. Otros localidades «naranjas» fueron Villanueva del Pardillo, Alpedrete, Villalbilla, Paracuellos del Jarama, Cobeña, San Agustín de Guadalix, Venturada y Horcajo de la Sierra.
Los socialistas también han reconquistado buena parte del Área Metropolitana, con ciudades como Tres Cantos, San Sebastián de los Reyes, Alcobendas y Colmenar Viejo, cuando, hace apenas seis años, eran dominio del PP.
Mientras, el noroeste de la región parece un feudo difícil de arrebatar a los «populares»: Hoyo de Manzanares, Torrelodones, Las Rozas, Majadahonda, Pozuelo de Alarcón, Boadilla del Monte, Villanueva del Pardillo, Villanueva de la Cañada, Brunete... El norte septentrional, por lo general, es también uno de los campos donde el PP «juega» cómodo. Actualmente, es la opción más votada en Somosierra, Garganta de los Montes, Valdemanco, El Berrueco... Aún así, en estos diez últimos años, el PSOE ha recortado terreno, o incluso ganado, en localidades como Buitrago de Lozoya, Gascones o La Cabrera.
¿Y los «nuevos»?
Más Madrid, Unidas Podemos y Vox no consiguieron erigirse como la fuerza más votada en ninguna población. El partido entonces liderado por Íñigo Errejón obtuvo sus mejores resultados en Rivas Vaciamadrid (21% de las papeletas), Berzosa del Lozoya (18,7%), Fresnedillas de la Oliva (18,5%), Bustarviejo (17,2%), Manzanares el Real (16,3%) y Getafe (16, 25%). Mientras, la formación presidida por Rocío Monasterio fue votada en mayor medida en Garganta de los Montes (18,7%), Torrejón de Velasco (17%), Valdemoro (15,7%) y Chinchón (14,31%). Por su parte, UP, entonces con Isa Serra al frente, tuvo sus mejores porcentajes en Madarcos (13,8%), Bustarviejo (13,8%), La Hiruela (13,8%), Berzosa del Lozoya (14,4%) y Zarzalejo (13,2%).
Una situación, en definitiva, que podría dar un vuelco en la noche del 4-M. Durante estos próximos días, la izquierda buscará minimizar todo lo posible lo que parece ser una victoria segura de Díaz Ayuso. El PSOE tratará de capitalizar el voto centrado tras el descenso, prácticamente asegurado, que sufrirá Ciudadanos. Por su parte, Unidas Podemos intentará movilizar a los votantes abstencionistas del sur, tanto de la capital como de la región, con vistas a superar ese 70% de participación. Un porcentaje con el que, consideran en Moncloa, Gabilondo tendría serias posibilidades de conquistar la Asamblea de Madrid por primera vez en un cuarto de siglo.
✕
Accede a tu cuenta para comentar