Cuenta atrás
Así será el nuevo Gobierno de Ayuso: ni vicepresidente ni fichajes estrella y con la duda de Cantó
El nuevo gabinete será continuista: el actor podría quedar fuera del Gobierno, al que la presidenta sí baraja incorporar a ex dirigentes del Partido Popular
Empieza la cuenta atrás para la formación del nuevo Gobierno de la Comunidad de Madrid tras el 4-M y, aunque desde el equipo de Isabel Díaz Ayuso aseguran que la presidenta es «la única que conoce los nombres» de las personas que conformarán su Ejecutivo, también recuerdan que se va a tomar un tiempo para ajustar y ultimar los detalles del equipo que gestionará Madrid hasta 2023.
Una labor que será, además, decisiva de cara a la posibilidad de revalidar los resultados en las elecciones que se celebrarán tan solo dentro de dos años.
El nuevo gabinete de la presidenta vendrá marcado por una cierta continuidad. Y es que no existe en Ayuso la voluntad de hacer «grandes revoluciones», más allá de «cambios puntuales» que, tal y como destacan fuentes del PP de Madrid, hubieran sido posibles incluso sin elecciones. Una continuidad que entronca con el discurso que en campaña enarboló Ayuso.
Puso en valor la gestión de sus consejeros, a los que situó en los primeros diez puestos de su lista.
Más allá de nombres, parece claro, salvo cambio de última hora, que no habrá vicepresidente, en contra de lo que sucedió en 2019, cuando Ayuso situó a Ignacio Aguado como número dos.
La configuración ahora de un gabinete monocolor y el perfil de quienes ocuparán las consejerías hace improbable la creación de una vicepresidencia. Tampoco se concretarán «fichajes estrella». Al tratarse de una legislatura corta, existe un amplio consenso entre las fuentes consultadas en torno al hecho de que «no hay tiempo para que venga alguien a aprender a gestionar a mitad de partido».
Sí se contempla como probable que gestores procedentes de la segunda línea del Gobierno, miembros de la lista que no ocupan una consejería o ex dirigentes populares que hayan desempeñado en el pasado responsabilidades en Sol puedan pasar a engrosar el nuevo ejecutivo.
De entre las certezas más claras, destaca la vuelta de Marta Rivera de la Cruz a Cultura. La presidenta lo ha dejado claro durante la campaña. Tras el 4-M, Rivera se ha dado de baja de Cs y ha seguido acudiendo a actos del Gobierno de Ayuso, como la presentación de la exposición de Antonio López o el Dos de Mayo.
El fichaje de Rivera de la Cruz es, a día de hoy, una opción más realista que la eventual incorporación de Toni Cantó. No está claro su nombramiento como consejero, a pesar de que hay unanimidad en el partido en torno al buen papel que desempeñó en la campaña y a sus dotes comunicativas.
Su falta de experiencia en la gestión, las tiranteces con Génova que llevó aparejada su inclusión en la lista, tumbada más tarde por la Justicia, y la posibilidad de que el PP nacional esté pensando en él como una de sus bazas dentro del calendario electoral en la Comunidad Valencia también juegan en su contra.
Respecto a la posibilidad de que Cantó pudiera ocupar la portavocía del Gobierno sin una consejería asociada es vista en sectores del PP como una solución intermedia viable, pero que encaja mal con la visión de aquellos que creen que la voz del Ejecutivo debe estar en manos de alguien del partido. Tras el calvario de los dos años de Aguado como portavoz, insisten en la necesidad de que sea alguien de la total confianza de Ayuso.
De entre los actuales consejeros se esperan pocos cambios. La fuentes consultadas apuntan a que Eugenia Carballedo, consejera de Presidencia, no repetirá. Por contra, Enrique López, Javier Fernández-Lasquetty, David Pérez y Enrique Ossorio cuentan con muchas papeletas para mantenerse en sus actuales responsabilidades. También parece despejado el camino de Ana Camíns para ocupar uno de los puestos en el Senado por designación autonómica.
La actual consejera de Medio Ambiente, Paloma Martín, tiene opciones de ocupar una consejería más potente. Y se ve prácticamente como seguro que Enrique Ruiz Escudero continúe al frente de Sanidad, con la meta de finalizar la gestión de la pandemia, salvo en el caso de que él traslade a la presidenta una decisión en otro sentido, tras el intenso año y medio que lleva a sus espaldas.
Él, sin embargo, ha manifestado su voluntad de proseguir en el cargo y de rematar la gestión de una pandemia que ha sido el mayor reto profesional al que se ha enfrentado.
Solo en caso contrario, la mayoría de las fuentes señala a Antonio Zapatero, responsable del Plan Covid y hombre de la máxima confianza de Ayuso, como el recambio más lógico. Él mismo, al ser preguntado hace unos días sobre la posibilidad de ocupar la consejería dijo: «Haré lo que Ayuso considere que puedo aportar para el control del Covid».
Mientras, Alfonso Serrano, director de la campaña, podría ver reforzado su papel como hombre fuerte de Ayuso en la Asamblea, a los mandos de una bancada que ha pasado de 30 a 65 escaños. Su labor en el grupo, su conocimiento de los diputados y su condición de buen parlamentario son elementos que, según las fuentes consultadas, hacen difícil su salida de la portavocía. Otras voces consideran que el éxito de la campaña le puede situar al frente de una consejería.
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