El personaje
Juan del Val: «Yo respeto mucho el miedo, a quien no respeto es a los cobardes»
Madrileño de la Estrella. Dice que no se considera nada «polémico» y que a veces ofende pero es más problema de los ofendidos y prepara ya su próxima novela
De niño iba al colegio en Moratalaz y al médico en Vallecas. De entonces, el llamado «polémico» Juan del Val, dice que de su paso por el colegio, el Francisco de Luis, no tiene buenos recuerdos. «Yo era un estudiante muy malo y tampoco era excesivamente comprendido». «Ir al colegio me parecía horrible». Sigue conservando amigos del barrio, de aquellos años, y pasa habitualmente por las calles donde se crio, aunque «ya no es como antes, entonces era todo era campo».
Periodista, escritor, marido de Nuria Roca, no se identifica con el papel de «malote», pero confiesa que «di a mis padres problemas de diferente índole» de hecho, le echaron de dos institutos «porque no aprobaba nada». No le gustan las sorpresas, ni los sustos, ni tampoco las bromas de «Inocente». Durante tres años trabajó en una obra y «lo único que me apetecía era construirme a mí para salir de ahí, yo odiaba las obras con toda mi alma».
Presume de madre, de la que dice que es «bastante mítica» y es que Ángeles Pérez, a la que cariñosamente se la conoce como «la abuela de los presos» lleva cuatro décadas acogiéndoles. La parroquia de su barrio, allá por los 80 pidió voluntarios para ir a la cárcel y ella, con su mejor intención, se ofreció. Por entonces había muchos jóvenes en prisión por la droga. Juan del Val dice que su madre sigue con esta labor convencida de que todos tienen derecho a una segunda oportunidad. Fue de ella de quien aprendió a «no juzgar» porque para eso están los tribunales. «Ella solo ayuda a personas de todo tipo».
No es de súper héroes, pero si hubiera uno dice que esa es su madre. «Ella es una súper heroína» y aprendió de su labor «la generosidad y el dar la propia vida por los demás» aunque, matiza: «No llego a su generosidad, pero lo digo como aspiración».
Ya se ha puesto a escribir su próximo libro, mientras, sigue disfrutando del éxito de «Delparaíso». «No soy un escritor que solo me pueda dedicar a ello porque necesito estar viviendo para poder escribir» y confiesa que su paraíso está en Madrid o, si no, en Manhattan.
Se quitó de Twitter porque «me dejó de interesar y no quiero ser cómplice de un lugar tan hostil en general y donde no existe ningún tipo de reflexión. Con ello, no quiero hacer apología para que la gente se quite de ahí si no que no me interesaba». Tiene Instragram, pero «no sigo a nadie, solo sigo a Nuria» porque el resto «me da bastante igual».
Dice que no se confesaría con las Hormigas, aunque los que están debajo de Trancas y Barrancas son «amigos míos y saben muchas cosas de mí», pero, «lo que es inconfesable, no se confiesa».
¿Y es más David o Goliat ante la Roca? «Nosotros tenemos una relación absolutamente de iguales».
Todo lo que tiene que ver con su imaginación la utiliza para crear, pero «yo tengo los pies muy en el suelo» , a los sitios va caminando porque «me gusta disfrutar del viaje» y por ello «no me teletransportaría a ningún lugar ni época». Eso sí, le hubiera gustado ser torero. «Sin ninguna duda. Otra cosa es que no tuviera la más mínima capacidad para ello. No tengo las cualidades necesarias ni el pundonor para ello». Morante de la Puebla y Juan Ortega son los que más admira, pero la Puerta Grande «se la daría a tantísima gente que no cabría. Me gusta admirar la parte buena de la gente y la encuentro de manera habitual. Se la daría a cualquiera de mis amigos con los que comparto vinos y nos contamos la vida». Dice que le gusta «torear» a los «indignados», «porque no me afectan, no me dan miedo. Me río bastante de ellos, soy absueltamente impermeable a su odio».
¿Y a qué tiene miedo? «A muchísimas cosas». «Yo respeto mucho el miedo, y la gente que pasa miedo, lo que no respeto es a los cobardes, porque son peligrosos. Tengo miedo a que me pase cualquier cosa, a tener una enfermedad, a que le pase algo a alguien a los que quiero que son muchos...»
Asegura que «hacer el polémico es una sección de humor» y que «quién se la tome en serio, pues pobrecito. No me considero nada polémico. A veces ofendo a gente, pero eso es problema de los que se ofenden. Mío, desde luego, no». Sin embargo; «me sienta mal cuando un personaje dice eso de “no voy a decir nada por si alguien se puede ofender”; pues entonces que no den entrevistas».
Del Val cree que la política no tiene que ser de «pop stars», sino que «creo que los políticos y las políticas deben ser eficaces».
¿Y quién le gustó más en el Hormiguero, Ayuso o Almeida? “Almeida me parece que tiene más sentido del humor. Creo que tiene un sentido del humor producto de la inteligencia que me gusta bastante y Ayuso es un fenómeno social”.
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