Arte
VETA, una galería que reinventa Carabanchel e invita a los jóvenes
Fer Francés, el creador del espacio, presenta en febrero una nueva exposición de artistas de todo el mundo, como el director creativo de Bad Bunny en “Yo perreo sola”
De momento es una nave enorme y en obras, pero en unos meses se convertirá en un laberinto artístico. Fer Francés presentará en febrero en su galería VETA a artistas internacionales que nunca han expuesto en España, como STILLZ, un fotógrafo americano que ha sido director creativo de Bad Bunny; Atanda Quadri Adebayo, un retratista nigeriano que emplea el carboncillo o Kang Haoxian, un pintor chino que se bebe de la moda. A su vez, apuesta por el talento del país, como Julio Galindo, un extremeño que trabaja la cerámica.
«Lo inauguraremos el miércoles de ARCO, el de la última semana de febrero. Vamos a contar con 9 exposiciones individuales», comenta el galerista. La intención era originar un pequeño nexo de unión entre creadores de diferentes países. «Internet y las nuevas tecnologías hacen que tengamos más en común con alguien de fuera que con quien vive enfrente», reconoce.
Los nueve seleccionados tienen entre 20 y 27 años, a excepción de Santiago Ydáñez, que tiene 53 años. «Era un regalo para Madrid mostrar su enorme pieza que hizo para la Villa de Livia». Y todos ellos visitarán la ciudad, menos Kang Haoxian, por la dificultad de salir de su país en tiempos de pandemia.
Francés, que es exsocio del conocido galerista Javier López, encontró este espacio el verano pasado y quedó fascinado por su amplitud. En noviembre estrenó la mitad del establecimiento; abrió las puertas con tres apuestas del país. «Nos daban la capacidad de para poder enseñar obras como la de Abraham Lacalle, de seis metros y pico», comenta sobre uno de los que, junto a Santiago Ydáñez y Matías Sánchez, inauguraron VETA con obras que aún se pueden visitar.
«Primero hicimos una presentación de la estética de los artistas españoles, del tipo de pintura de aquí que vamos a defender. Y esto que viene es un poco más esa visión internacional y contemporánea de lo que se está consumiendo y queremos enseñar», resume ante la otra sala aún desierta, en la que los obreros construyen la estructura para su proyecto.
La apertura de este recinto de 1.200 metros cuadrados ha removido las inquietudes en la gente del barrio. «Parece que están todos bastante ilusionados con nuestra llegada. En ciudades como Madrid, tanto los artistas como las galerías buscamos este tipo de edificios y tenemos que irnos a la periferia. En Carabanchel estaba surgiendo un tejido cultural y pensamos que nosotros podríamos aportar más».
Los pájaros y el fuego
Julio Galindo trae sus piezas como un adelanto a lo que mostrará en febrero. Sujeta uno de los pájaros de cerámica; los tiene de todas las formas, tamaños y colores. Aunque sean inanimados, van a volar: «Serán 30 aves alrededor de una hoguera». En su sala mostrará esta idea que llevaba pululando un tiempo por su cabeza.
«Soy pintor, pero me he ido a la escultura porque quería volumen. Trabajo de una manera muy pictórica», describe. Cada una de las piezas requiere paciencia y esmero; las seca, las decora, las calienta: «En algunas empleo tres días de hornada, pero depende de las dimensiones». Señala uno de los más pequeños, un azulito congoleño. «Todos son reales porque me gustaría que los visitantes jueguen a averiguar qué es cada uno».
En esta ocasión ha aunado su interés con los animales y su inquietud por el futuro. Se lo imagina inhabitado por personas, con una naturaleza que se apodera, que domina. «La hoguera es como un elemento de cambio entre lo sagrado y lo destructor. Al final creo que para cambiar las cosas hay que romper con lo establecido».
Utiliza la evocación de las cenizas y las luces. Lo sacro es un elemento presente en su obra, por la relación de lo divino y el fuego y por estos animales. «Cuando algo muere, el buitre, por ejemplo, coge su parte y la sube al cielo. Es un elemento que conecta el mundo celestial y espiritual con el mundo terrenal».
Un programa para los jóvenes
Fer Francés fue gurú artístico del futbolista Sergio Ramos –le gestionaba las compras para su colección privada y le organizaba encuentros con personajes del sector–. Está interesado en la cultura pop, y ha decidido llevar su esencia a Carabanchel con personajes como STILLZ, que con tan solo 22 años ha captado imágenes de iconos mundialmente reconocidos como el cantante Bad Bunny, con quien dirigió el videoclip de su canción «Yo perreo sola».
«Ha sido el fotógrafo más joven en hacer la portada de “Playboy” y, aunque no está tan relacionado con el arte que se suele ver en el mundo de las galerías, nosotros queremos hacer un programa que se acerque a los jóvenes». Además, este creador utilizó una Polaroid para captar momentos recientes e importantes de la cultura contemporánea. Han posado para él desde Kanye West hasta Rosalía.
En otra de las estancias, estará Atanda Quadri Adebayo, un africano de una ciudad llamada Badagry que también tiene 22 años. «Su madre tenía una tienda de carbón y él creció rodeado e inspirado por este material», apuntala sobre unos dibujos de los que destaca su «increíble delicadeza». Realiza retratos de sus amigos y de gente de la industria de la moda joven de su país. «Nigeria desde los 70 está muy relacionada con la moda», subraya Francés.
A media mañana, los curiosos entran y se pasean por las salas para admirar los cuadros. Una vecina de la zona, Raquel De la Coba, se topó con este descubrimiento gracias a un artículo que leyó. Sabía que eran unas enormes naves, aunque no se esperaba este resultado. Considera que hace mucho bien al barrio: «Encima, tenemos muy cerca un instituto donde hay alumnos de bachillerato artístico».
Lo que más le impacta es lo bien distribuido que está y la inmensidad de cada cuadro. Mira con detenimiento una pintura de Abraham Lacalle, en la verde predomina en un cuadro que la lleva a un lugar recóndito. Quien se fije bien, puede ver cómo la estela humana ha quedado impresa en ese pedazo de bosque que retrata el artista: un resto de haber intentado encender una hoguera y unos palos que una vez fueron refugio.«Va sobre la relación del hombre con la naturaleza. Cómo la coloniza, como influye en ella, cómo va cambiando», señala su creador.
Esos restos también describen la vida errante. «La gente que no se queda en un sitio; los judíos, los gitanos, los que son rechazados», añade. Trabajó en esa imagen justo antes de que se inaugurara la galería. «Se puede relacionar con muchas cosas, con este mismo proyecto. El sitio estaba abandonado, tú llegas, enciendes tu fuego y lo mismo te vas o te quedas».
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