Adiós a los Conde Duque: el cine se apaga en Madrid

Cuando Giuseppe Tornatore escribió «Cinema Paradiso» (1988), lo hizo pensando en crear una suerte de obituario para las pequeñas salas de cine que desaparecían de los pueblos de toda Italia, dejando paso a otras mayores y más modernas. En la película, el pequeño Totó, fascinado por el cine de su pueblecito, que da nombre a la película, se hace amigo de Alfredo, el operador de la sala, a quien ayuda y junto a quien descubre lo que hay detrás del séptimo arte.

A finales de los 80, desaparecían con estas pequeñas salas profesiones como la de Alfredo, quien ponía en marcha de aquella maquinaria que tenía la capacidad de hacer auténtica magia: la de crear un espacio, a oscuras, en el que adentrarse en historias capaces de dar directamente en las emociones del espectador. Algo similar ocurre ahora con esas salas de cine que se podían encontrar por las calles de Madrid. El avance de los tiempos ha dado lugar a que esas salas se hayan visto superadas por otras y hayan tenido que echar el cierre.

Las últimas, anunciadas esta misma semana, son las de los Cines Conde Duque de Santa Engracia y Alberto Aguilera, las cuales proyectarán sus últimas películas el próximo 18 de julio. Una decisión «muy meditada y dolorosa», como ha señalado el equipo directivo en un comunicado, y que ha llevado a las redes sociales a expresar su tristeza ante la noticia, ya que ambas salas se suman, con su cierre, a otros cines emblemáticos como los Renoir, los Dúplex o los Novedades, así como a aquellos de la misma marca, Conde Duque, situados en la calle Goya y que no superaron la pandemia, echando el cierre en 2020.

Queda, ahora, decirles adiós a toda una generación de recuerdos de Madrid, a miles de películas proyectadas y a tantas emociones expresadas en la oscuridad de las salas. Toca, ahora, pensar en aquella frase que le dijo Alfredo a Totó: «Busca algo que te guste, y, hagas lo que hagas, ámalo como amabas la cabina de Cinema Paradiso cuando eras niño».