Celebración

La utopía vuelve a inundar la Batalla Naval de Vallecas

Batalla naval de Vallecas 2022
Batalla naval de Vallecas 2022Alberto R. RoldánLa Razón

Aunos 300 kilómetros del mar, el madrileño barrio de Vallecas ha librado este domingo su esperada Batalla Naval. Una tradición en la que la reivindicación y la utopía se han dado cita, año tras año desde hace 40, para reclamar los derechos de estos «marineros de asfalto».

Y es que esta iniciativa es un «barco de tres mástiles», tal como ha explicado la Cofradía Marinera de Vallecas, organizadora del evento: «El primer mástil, la parte lúdica, se consigue con la participación masiva de las vecinas y vecinos del distrito; el segundo, la parte utópica, con la constatación de que pidiendo lo imposible generamos un motor de cambio que elimina los límites de lo que podemos conseguir, y el tercero, la parte reivindicativa, con un sencillo juego de palabras: ‘en Vallekas nos mojamos por algo’».

De hecho, el lema de este año, el primero tras la pandemia, no podía ser otro sino «Mójate por el Barrio». Y, literalmente, así fue: una de las citas más concurridas que se recuerdan, en la que los cubos de agua se agradecían ante el sofocante calor que azota estos días la capital. Incluso la portavoz de Más Madrid, Mónica García, animaba esta mañana a los madrileños a acudir al evento a través de las redes sociales, anunciando así que ella misma acudiría.

«El Barrio», así, con mayúsculas, tal como señala la cofradía, «acoge, integra, vertebra y une», y esa es la esencia que llevó a la inauguración en él de un Puerto de Mar en 1982 y que ha originado una celebración absolutamente colectiva. Antes de la batalla, una paella popular ha congregado a 600 comensales.

A modo de sobremesa, el pregón que daba comienzo a la batalla y que, en este 40 aniversario no recaía sobre una única persona, sino que se hizo de forma colectiva. Algunos se han mojado por los Derechos Humanos. Otros, por el cuidado del medio ambiente, la sanidad pública, la educación... Cada uno con su propia causa pero todos unidos en un «abordaje» pacífico que ha vuelto a acercar el mar a Madrid.