Sanidad

Emma, la bebé de 13 meses que ha hecho historia: un trasplante único en el mundo y tres cirugías

La paciente se encuentra en perfecto estado de salud en el Hospital La Paz de Madrid tras recibir el primer trasplante de intestino del mundo tras donación en asistolia

Después de tres años de investigación para conseguirlo, este martes el Hospital de La Paz anunció que había conseguido realizar el primer trasplante de intestino del mundo tras donación en asistolia en un acto que contó con Enrique Ruiz Escudero, consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid. La receptora ha sido Emma, una niña de tan solo 13 meses con fracaso intestinal diagnosticado desde su primer mes de vida, pero que se encuentra ya en perfecto estado de salud. «Llegó de Valladolid con un intestino que llamamos ultra corto, porque tenía solo duodeno, con lo cual era una niña que lo poco que comía enseguida lo expulsaba con las implicaciones que eso conlleva», explica Alida Alcolea, de la Unidad de Rehabilitación Intestinal.

Por ello, cuando la pequeña llegó a La Paz, se priorizó mejorar su situación clínica, para que estuviese cómoda y que pudiera alimentarse, llegando a estar ingresada unos cinco meses «muy pesados» en los que se le practicaron tres cirugías en un período muy difícil para la niña, que tenía muchos vómitos y progresaba muy lentamente. Con la tercera cirugía, el equipo médico empezó a ver la luz, la paciente comenzó a comer mejor y la familia pudo irse a casa en una ansiada situación de estabilidad. En ese momento, entró en la lista de espera de trasplantes y un año después surgió la oportunidad de llevar a cabo la intervención, algo que tuvo al equipo médico muy estresado no solo por ser un hito médico, sino también porque le habían cogido cariño a la niña y sabían que tenía pocas opciones. Sin embargo, el resultado fue positivo, aunque tocó hacer uso de la precaución por los problemas que pueden dar los trasplantes a posteriori, como infecciones, algo que de momento no se ha dado.

«No es habitual y se lo decíamos a los padres, pero el postrasplante fue muy fácil y bien llevado por la paciente, que es una niña muy risueña, un encanto. Por fin, todo eran facilidades y alegrías» celebran desde el equipo médico. Asimismo, las revisiones posteriores resultaron satisfactorias, y la familia ha podido respirar y la pequeña empezar a hacer cosas propias de su edad. Francisco Hernández, del departamento de Cirugía Pediátrica de La Paz, apunta que la donación en asistolias representa ya 1/3 de las donaciones en adultos en España, siendo este un país con una tasa muy elevada de donantes. La cuantía baja, sin embargo, al hablar del intestino, un órgano que lleva a los pacientes a estar más tiempo en lista de espera y uno de los más complicados a la hora de seleccionar el injerto necesario, algo que hace más valiosa esta primera vez.

MADRID, 11/10/2022.- La pequeña Emma, de 13 meses, en brazos de su madre, Ana.
MADRID, 11/10/2022.- La pequeña Emma, de 13 meses, en brazos de su madre, Ana.Borja Sanchez-TrilloAgencia EFE

«Diseñamos varios proyectos de investigación y tuvimos la suerte de tener apoyo institucional y financiación de la Fundación Mutua Madrileña para un proyecto de dos años en el que demostramos en varios modelos experimentales que el intestino es válido siempre que se respeten unos parámetros óptimos en el en el laboratorio», añade Hernández. Este insiste en cómo hasta el 30% de los pacientes candidatos a trasplantes de intestino fallecen en lista de espera y en cómo este método en el que la clave es ser muy riguroso con la selección del injerto, podría volver la situación algo más halagüeña: «Ya no se puede decir que el intestino procedente de un paciente en asistolia no es válido para trasplante», sentencia.

Un hito para la sanidad y para la investigación

El consejero alabó la perseverancia de quienes emprendieron un proyecto de tres años para concluir que un trasplante de intestino de donante por asistolia era viable. Esta técnica posibilita el uso de órganos sólidos que de otra forma se deteriorarían y se perderían, y se está convirtiendo en una fuente cada vez más importante. Además, permite contemplar la posibilidad de donación en los cuidados al final de la vida de aquellos pacientes en los que se ha decidido la adecuación de medidas de soporte vital.

En la misma línea, Anne Andrés, de Cirugía Pediátrica, explica que esa alta mortalidad en los niños se debe a que resulta especialmente difícil encontrar a los donantes adecuados. «Tenemos un programa establecido de trasplante de intestino y multivisceral desde hace muchos años, llevamos más de 120 casos trasplantados, pero es cierto que la mortalidad de los niños que necesitan un trasplante sigue siendo alta; el proceso no es tan fácil como en otros órganos de los que puedes aprovechar, por ejemplo, un trocito de hígado o puedes adaptarte un poco al tamaño», expone.

La pequeña Emma, de 13 meses, en brazos de su madre, Ana junto a su padre, Daniel.
La pequeña Emma, de 13 meses, en brazos de su madre, Ana junto a su padre, Daniel.Borja Sanchez-TrilloAgencia EFE

Por su parte, la coordinadora de trasplantes, Belén Estébanez, ha destacado cómo la generosidad de los donantes y sus seres queridos es imprescindible en este camino: «Esto es posible gracias a la generosidad de familias que, encontrándose en uno de los peores momentos de sus vidas, deciden decir sí a la donación de órganos, deciden ayudar a otras familias, a otros niños y a otros padres para que no pasen por lo que ellos están pasando, así que muchas gracias». En este caso, la donante era una bebé de dos meses al que se pasó al quirófano en compañía de sus padres para que pudieran despedirse de mientras el amplio equipo necesario esperó fuera hasta que se confirmó la parada cardiaca del bebé y continuó el proceso.