Trashumancia

1.400 ovejas y cabras toman las calles de Madrid

La peculiar «manifestación» se abría camino para reclamar la mejora de las vías pecuarias y poner en valor el pastoreo trashumante

La 29 Fiesta de la Trashumancia llegaba este domingo a Madrid para tomar el centro de la ciudad con 1.200 ovejas merinas, acompañadas por 200 cabras retintas del rebaño del Concejo de la Mesa. Una peculiar «manifestación» que se abría camino para reclamar la mejora de las vías pecuarias y poner en valor el pastoreo trashumante y la ganadería extensiva como valiosa herramienta para la conservación de la biodiversidad y la lucha contra el cambio climático, ya que ayuda a controlar los incendios y la erosión del suelo.

De esta manera, la Fiesta de la Trashumancia ha dejado, como viene haciendo desde 1994, las llamativas imágenes del ganado ocupando las principales vías de la capital. Sin embargo, la celebración ha tenido lugar a lo largo de todo el fin de semana, ya que los rebaños, que llegaban el pasado viernes a la Casa de Campo, han pasado estos días en la zona ganadera de Valdeza, donde se han desarrollado diversas actividades familiares y educativas relacionadas con el pastoreo trashumante.

Este domingo, las cabras y las ovejas, acompañadas por sus pastores, salían a las 10:30 horas de la Casa de Campo para llegar hasta la Catedral de la Almudena. Desde allí recorrieron la calle Mayor, la Plaza Mayor, la Plaza Santa Cruz, la Plaza de Jacinto Benavente y llegaron hasta la Plaza de Canalejas. Reclamando su derecho a hacer uso de terrenos públicos, tal como establece la Ley de vías pecuarias, llegaron más tarde a la Plaza de Cibeles y a la Plaza de Colón.

Una vez esta peculiar comitiva llegaba al Ayuntamiento, tenía lugar la tradicional entrega de los maravedís. Y es que, tal como estipula la Concordia de 1418, que aún se sigue respetando, los Hombres Buenos de la Mesta de los Pastores hicieron el pago de los 50 maravedís por millar de cabezas de ganado a los Procuradores del Concejo de la Villa de Madrid. Finalmente, el broche de oro lo ponía el hermanamiento de la Asociación Trashumancia y Naturaleza con los arrieros de la provincia argentina de Mendoza, quienes practican la trashumancia con grandes rebaños de cabras en las montañas de los Andes.